Contrato de amor •|Kookmin AU|•

Loco de amor...

Narra Jimin

He perdido la noción del tiempo, no sé en qué momento me quedé dormido. He luchado para esperarlo despierto pero al final perdí la batalla y el cansancio acumulado del día pudo con mí agotado cuerpo.

Soy a penas consciente de que ha vuelto a casa cuando siento hundirse mi lado de la cama  y su mano pasea sobre mí  rostro, apartando algún que otro mechón de mí rebelde pelo y cuando su respiración al fin acaricia mí piel.

Aún en ese estado me estremezco...
Un leve escalofrío recorre mí cuerpo haciendo que mí piel se erice por la anticipación de sentir su boca en mí.
Lucho por volver a la realidad mientras siento como quita suavemente de mis manos el libro que ha velado mis sueños por unas cuantas noches y luego hace lo mismo con la gran almohada que uso en  esos momentos donde me pierdo entre líneas.

Pero nada de eso hace que abra mis ojos, nada...

Es solo escuchando su dulce voz que salgo de mí ensoñación volviendo a una realidad que me recibe abruptamente con una de las más hermosas sonrisas que he visto y un par de ojos oscuros sobre los míos...

—Hola cariño... —susurra—. Ya he vuelto.

¿Por qué eres tan lindo? Me pregunto mientras recorro su perfecto rostro.

—Hola... —le devuelvo la sonrisa—. Perdón, quise esperarte despierto pero me he quedado dormido de la nada. —hasta me cuesta articular las palabras.

—Me he dado cuenta... —dice entre medio de una suave carcajada—. Perdón por interrumpir, pero no me pude resistir. Te ves tan hermoso que me fue difícil no tocarte.

Entonces sin rodeos le pido lo que deseo justo en este momento, por aquello que he intentado esperar toda la noche su regreso.

—Kookie... —lo llamo tímidamente mientras observo que se pone de pie para comenzar a quitarse la camisa—. ¿Me harás el amor ahora?

Detiene su acción y me mira por unos segundos frunciendo su ceño hasta que al fin parece reaccionar.

—¿Mí chico quiere mimos? —asiento perezosamente un poco avergonzado por desear desesperadamente su cuerpo.

Cuando menos lo espero su camisa ya no está y me deleito observando ese pecho que me acuna cada noche, esos fuertes brazos que me abrazan con tanto amor y su perfecto y marcado abdomen que es mí perdición.

El tintineo del cinturón irrumpe en mis sentidos y antes de que se deshaga del pantalón me arrodillo en la cama gateando suavemente hacia él...

—Yo quiero hacerlo... —le pido.

No dice nada.
En estos momentos siempre nos entendemos con la mirada y tirando de uno de los pasadores de su pantalón lo atraigo más hacia donde estoy.

Lo miro desde abajo, más de una vez me ha dicho que lo enloquecen mis ojos felinos y la forma que lo miro en ocasiones como estas...
Siempre me aprovecho de sus puntos débiles.

—No hagas eso... —susurra a la vez que juguetea con mí pelo.

—Pero te gusta... —apoyo mis labios sobre su zona V y percibo un leve temblor cuando entro en contacto con su piel.

Está muy excitado puedo notarlo en su reacción, y me encanta que sea por mí.

—Me gusta absolutamente todo lo que tenga que ver contigo cariño...

Sonrío...
En este momento me siento victorioso, poderoso.

Con mis manos busco el botón de su pantalón y aprovecho para rozar su creciente erección sin apartar mis ojos de él, arrastro la prenda acariciando sus largas piernas y en dos movimientos la tela ya no está entre nosotros.