Mucho más que piel

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Narra Jimin

La mañana del domingo nos encontró revueltos en la cama.

La noche anterior luego de hacer las paces nos juntamos con los chicos.
Nuestra velada fue increíble...
Cenamos en un hermoso y sencillo restaurante que nos recomendó Jin, el novio de Namjoon y luego fuimos a tomar algo para terminar bailando cuando la música copó el lugar.
Llegamos a casa agotados pero felices.
Demás está decir que Jungkook no me dejó probar una gota de alcohol.

Había algo que me decía que todo estaba bien: Su sonrisa...
Esa era la cosa más bonita que había visto. Lo mejor de todo era saber que él me sonría a mí, por mí, y yo estaba embelesado con eso.

Nos besamos, simplemente disfrutando de la pequeña burbuja que se crea cuando ambos estamos juntos.
Sus manos juguetonas enseguida buscan ir un poco más allá, y yo que soy totalmente débil a su tacto, simplemente me dejé llevar.

Aquí estaba observándolo dormir, era una de mis cosas preferidas. Trataba de grabar cada facción de su rostro; su cabello oscuro, ahora un poco más largo, regado por la blanca almohada; su piel algo bronceada; su aroma. Simplemente amaba todo de este hombre.
Ese TODO era mío.

Decidí dejarlo dormir un poco más y me escapé sigilosamente de su lado para prepararle un rico desayuno y sorprenderlo en la cama.
¡Hoy si!

Me coloqué mí ropa interior, un amplio remerón que encontré apenas abrí uno de sus cajones y me puse manos a la obra.

Mi plan: unos panqués de avena y banana y su infaltable café. Pero como es de costumbre ya, no todo sale como uno quiere. Cuando estaba haciéndole los últimos retoques a la bandeja unas manos, conocidas ya para mí, se posaron en mis caderas y le dije adiós a la idea del desayuno para dos en la cama.

—Que rico huele eso... —me susurra apoyando su mentón en mí hombro derecho—. Buen día...

—Eres un agua fiestas, lo sabías? —volteo para verlo con cara de disgusto.

—Apenas me despierto y ya me estás retando... ¡No es justo! —refunfuña.

Se ve tan lindo cuando quiere.

—Acabas de arruinar mí fantástica idea de un desayuno de domingo en la cama. Eso es lo que no es justo...

—Es que me di cuenta que no estabas conmigo y te extrañaba... Lo siento. —imposible no hacerlo.

—Si me das un besito te perdono. —me mira sonriendo.

—Me la pones muy fácil bebé... —me envuelve en su brazos y me besa dulcemente, y cuando clava sus caderas en mí por más que me guste más la idea de él y yo teniendo sexo sobre la encimera de la cocina, piso el freno y  lo detengo...

—Para... —coloco mis manos sobre su pecho y lo alejo—. El desayuno se enfriará Kookie.

—Yo prefiero comerte a ti cariño... —vuelve a aproximarse deshaciéndose de mis manos—. Eres lo más delicioso que he probado... —me escabullo de sus brazos antes de caer en la absoluta tentación.

—Primero debemos comer Jeon, no trabajé en vano. —finjo estar ofendido y me voy con la bandeja a la sala escapando de sus encantos.

—Ok... —suspira frustrado—. Haré lo que tú me pidas entonces. —por su tono deduzco que está enojado—. Veamos qué tenemos aquí... —menciona cuando se aproxima a ver lo que hay para desayunar.

—¡Dime qué no es verdad! —exclamo dejando mí taza de café sobre la mesa—. No puedes enojarte solo porque no he querido tener sexo.

—No estoy enojado... —me gustaría que su cara dijera lo mismo que su boca.

Contrato de amor •|Kookmin AU|•Where stories live. Discover now