Contrato de amor •|Kookmin AU|•

Volver a ti

Narra Jungkook

Silencio...

Nunca el silencio fue el protagonista entre nosotros dos.
Se sentía tan incómodo y no sabía cómo encarar el momento. Yo que alguna vez me sentí el rey del universo me hallaba completamente perdido, sin respuestas.
Por más que me negara a creerlo, cuando hilaba todo lo vivido esta tarde arribaba a la misma conclusión: simplemente había sido víctima de su engaño, un sucio complot.
Estaba todo absolutamente armado.

Pero lo que más me dolía no era el intento desesperado de mis padres por un repentino acercamiento con Junghyun. Yo sabía que esto tarde o temprano iba a suceder; sino que a mí entender él se había prestado a ese juego, conociendo bien mis sentimientos al respecto de lo que sucedió en el pasado con mí hermano, aprovechando un momento de debilidad.

Entonces estábamos aquí, otra vez, siendo protagonista de un nuevo drama en nuestra corta historia.
Aún así no podía evitar escuchar esa voz en mi interior que me gritaba una y otra vez que me estaba equivocando. Pero mí naturaleza es ser terco y, como de costumbre, me cierro a otras posibilidades.

— Te dejaré en el departamento—le digo una vez que los edificios comienzan a hacer su aparición frente a nosotros—. Iré solo a ver la casa.

— Déjame donde Tae... —me pide algo perdido en sus pensamientos...

— Bien... —lo observo de reojo. Me sorprende el hecho de que ni siquiera se defienda de mi acusación—. ¿No dirás nada?

Sencillamente ya no aguanto más. Necesito aunque sea discutir con él.
Voltea y me mira. Por unos cuantos segundos guarda silencio como tragándose a la fuerza las palabras.

— A veces no tiene sentido gastar saliva contigo... —finalmente dice acomodándose mejor en su asiento—. Siempre crees lo que te viene en ganas Jungkook, no es nada nuevo eso para mí.

— ¿No crees que esta vez tengo demasiados motivos para creer que lo que sucedió allí estuvo planeado? —niego incrédulo de lo que acabo de escuchar de su boca—,  y lo peor que tú te has prestado a ese juego...

— No sé lo que tu loca cabeza te esté haciendo creer, pero volveré a decirte lo mismo...—suspira—. No sabía nada al respecto, y creo que tus padre tampoco. Se veía claramente en su nerviosismo.

— Jim...

— ¡No quiero hablar más del tema! —exclama—. ¡Nada de esto me hace bien. Ten un poco de compasión al menos por tu hija!

¿Ahora el ofendido es él?
No puedo creerlo.

— No es necesario que grites de esa manera Jimin...

—¡Por mi mente cruzan cientos de ideas raras y tú solo piensas en ti y en tus benditos problemas del pasado!

— ¿Qué estás tratando de decir? —lo que menos quiero es que tenga ideas equivocadas rondando en su cabeza.

— Dije que no quiero hablar, no ahora... —esto no puede quedar así.

Aparco a un costado del camino, no puedo seguir conduciendo mientras discutimos.

— Bien, hablemos pues... —pero no me mira, por lo que tomo su mentón y hago que fije sus ojos en los míos.

— Ya dije lo que tenía que decir, es asunto tuyo si me crees o no —menciona quitando bruscamente mi mano de su rostro.

Entonces creo entender lo que cruza por su mente, y no tardo en querer sacarlo de su error.

— Crees que mi enojo es por ellos. —concluyo—. Específicamente por ella, no es así?