Coincidencias

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Narra Jungkook

Finalmente el día llega.

Hace más de un mes que no salgo del país, ni siquiera de la cuidad.
Odio la idea de irme y dejarlo solo, y más odio la sensación previa de saberme lejos de él por tanto tiempo.
Es por eso que trato de solucionar las cosas desde aquí o, en muchos casos, es Yoongi quien se ocupa de ello. Algunas veces trasladándose sólo hasta el lugar donde están los problemas o en compañía de la directora de planificación.
Confío ciegamente en él. En este tiempo me ha demostrado que está más que capacitado para hacerse cargo de eso y mucho más. Pero esta vez no es el caso, ya que exigen mí presencia y como es uno de los mejores clientes desde el comienzo de este imperio que creó mí padre, no existe un no como respuesta.

Mis ojos no pueden apartarse de la pequeña figura que revolotea entre los trastos de la cocina.
Se ha levantado temprano y ha insistido en prepararme el desayuno antes de marcharme al aeropuerto.

Simplemente aún no lo puedo creer.
Son éstas las ocasiones en las que me quedo pensando en cómo ha cambiado mí vida, o mejor dicho, como él me ha cambiado a mí.

Ese niño rebelde que llegó a mí un día cualquiera, me ha hecho pasar por cientos de emociones en muy poco tiempo, convirtiéndose en mí todo, en mí sol y en mí luna.
Hoy día no sé lo que haría sin él.
La sola idea me aterra.

—¿En qué piensas? —voltea y yo fijo mis ojos en los de él—. Y no me digas que en nada porque desde aquí te escucho Kook.

Sonrío...
Imposible engañarlo.
Ha aprendido a leerme perfectamente.
Conoce el mapa de todas mis emociones.

—En que no quiero irme... —lo sigo con la mirada hasta que llega junto a mí en la isleta de la cocina, dejándome el desayuno sobre ella.

—Estaremos bien... —me dice mientras me da un beso en la mejilla que me sabe a poco—. Solo ve y has lo tuyo así puedes volver a tiempo.

—¿A tiempo? —mí pregunta está demás porque sé a lo que se refiere.

Ha insistido por días con eso.
Por lo tanto me gano una de esas miradas suyas que me hacen temblar hasta los dientes.

—Sabes a lo que me refiero Jeon. Lo prometiste, recuerdas?

Obvio que lo sé, pero amo verlo refunfuñando por algún motivo de vez en cuando. 
Se vuelve sobre sus talones para volver a sus tareas pero no lo dejo.

—Ven aquí... —lo levanto en el aire y lo giro hacia mí—. Volveré para celebrar mí bendito cumpleaños, lo prometo cariño.

Sello mí promesa con uno de esos besos en los que quisiera robarle hasta el alma.
Adoro besarlo, adoro su sabor y la dulzura con la que me envuelve su aura.

—Más te vale, porque sino lo haces estarás en abstinencia de por vida Jeon Jungkook... —menciona al separarnos.

—No podrías ser tan cruel contigo mismo... —me río y él me deja un pequeño golpe en mí brazo—. No aguantas ni un solo día sin mí...

—¡Ya cállate! ¡Y termínate el desayuno! Yoongi estará al caer en cualquier momento. —me regaña—. Yo iré a cambiarme...

—Quédate aquí... —lo detengo—. Aún tienes mucho tiempo de arreglarte antes de tus clases. —en realidad odio desayunar solo.

—Mmm no lo creo. —contesta—.  Iré contigo al aeropuerto a despedirte, y luego me iré directamente a la academia.

—¿Y se puede saber cómo piensas hacerlo?

—¿Es en serio? Existen los taxis Jeon, recuerdas? —también odio cuando quedo como un energúmeno—. Tomaré uno ni bien salga tu vuelo.

Me niego.

Contrato de amor •|Kookmin AU|•Where stories live. Discover now