22

3.7K 209 25
                                    

Génesis | Capítulo: Visitas inesperadas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Génesis | Capítulo: Visitas inesperadas

28 DE AGOSTO, 2020

–Chupones no, Génesis –me advierte Enzo y sonrío divertida.

–¿Por qué? –vuelvo a mirarlo a la cara, sosteniéndome bien de su cuello, evitando resbalarme con el agua que cae constantemente sobre nosotros hasta llegar al piso de la ducha.

–Después me joden en los entrenamientos.

–Pero si era re chiquito, ¿o no? –haciéndome la tonta pregunto, pasando mis manos por su pelo, quitando el resto de shampoo de éste.

No responde, pero su mirada acusatoria lo dice todo.

–Bueno, perdón. No más chupones en lugares visibles, lo prometo.

–En ningún lado –repite, haciéndome virar mis ojos para terminar asintiendo.

Dejo de mirarlo para poder buscar el acondicionador que dejé sobre el estante del baño y proceder a ponérmelo para después pasárselo a él.

–Aparte, vos me hiciste uno peor –agrego después de un rato. No me cree y sonríe divertido, negando lentamente.– En serio, mira –dirige su atención hacía donde mi dedo señala, sobre el lado izquierdo de mi cadera.

Se ríe sin culpa y vuelve a mirarme a la cara, robándome un beso de golpe. Lo atraigo a mi de nuevo cuando hace el amago de alejarse, buscando un beso con más ganas.

Siento su brazo rozar mi cuerpo, estirándose hasta la canilla y cerrandola, haciendo que el agua deje de caer. Sus manos vuelven a mi cuerpo y se deslizan por mi cadera hasta llegar a mis muslos y alzarme, pegándome a la pared.

Un escalofrío me recorre la columna al sentir los azulejos fríos entrar en contacto directo con mi piel caliente, pero lo dejo atrás enseguida cuando la boca de Enzo empieza a descender por mi cuello.

Por Dios, este hombre va a matarme.

Su boca baja hasta mi clavícula y me alza un poco más, con la intención de seguir el recorrido hasta más abajo. Jadeo sin poder evitarlo.

–Deja de torturarme –pido, moviéndome un poco y sintiéndolo rozar mi intimidad.

Me lo concede, volviendo a mi boca y entrando en mí sin más vueltas. Nuestras respiraciones se mezclan y no podría llegar a distinguir cual está más acelerada que la otra.

Lo incentivo a moverse buscando acostumbrarme a él, al mismo tiempo que Enzo se pega más a mí, yendo más profundo.

Su agarre se hace más fuerte sobre mi cadera y un gemido escapa de sus labios. Se mueve despacio pero a medida que los segundos pasan, la intensidad de sus movimientos sube.

Intento controlar mi respiración y mis gemidos, pero no lo logro. Verlo disfrutar, fruncir el ceño y cerrar los ojos con cada movimiento aumenta mi deleite.

Odisea | Enzo Pérez Where stories live. Discover now