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Génesis | Capítulo:Cumpleaños feliz
11 DE SEPTIEMBRE, 2020
Marco una vez el número de mi mamá cuando me atiende el contestador, probando nuevamente. Me fijo la hora en el reloj de mi muñeca por las dudas, se supone que ya tendría que haber salido de trabajar para esta hora.
–Usted se ha comunicado con la...–corto antes de seguir escuchando, resignada.
Termino escribiéndole un WhatsApp, pidiéndole que me llame en cuanto se desocupe. De paso, le escribo a mi tía también, queriendo descartar cualquier idea errónea que cruza por mi cabeza.
No es normal que mi mamá no atienda a mi primer llamado y eso me preocupa, pero intento pensar lo mejor y creer que capaz se quedó sin batería en la calle o no lo escuchó directamente.
Vuelvo a meter mi celular en la cartera, guardando de paso un cuadernillo que me había quedado sobre la mesa, saliendo finalmente del aula; era la única que quedaba adentro todavía después de terminar la última clase.
–¡Génesis! –me paro a mitad de camino ante ese grito, reconociendo a Joaquín, quién trota hacía mí desde el otro extremo del pasillo.
Le sonrío y espero hasta tenerlo cerca para saludarlo bien, dejando un beso en su mejilla.
–¿Ya salís también? –cuestiono cuando empieza a caminar, retomando el paso junto a él.
–Sí, justo faltó el de la última hora –entiendo que se refiere a un profesor y asiento.– ¿Vos que onda?
Saludo a unas compañeras que nos cruzamos justo al salir, dándoles una sonrisa y un movimiento de cabeza, antes de volverme hacia mi amigo y contestarle.
–Nada, tengo que ir a casa a cambiarme y de ahí ir a buscarme unas cosas que me compré para esta noche.
–¿Salís? –pregunta con interés.
–No, no, una cena por mi cumpleaños con mi novio y mi prima nada más –le cuento.
Se frena de golpe, mirándome con sorpresa.
–¿Es tu cumpleaños?
Niego automáticamente, dejando salir una risa por su manera de reaccionar.
–Mañana, pero cenamos esta noche así a las doce me cantan el feliz cumpleaños –digo divertida, recordando la insistencia de mi prima por salir.
Me acusó de ser aburrida y de no disfrutar mi nuevo año de vida como corresponde. Así que terminé aceptando, descubriendo que en realidad era Enzo quién había tenido la idea, arrastrando a Milagros con él.
Por ende, tuve que comprarme algo para ponerme, ya que de entre toda la cantidad de ropa que tengo no encontré nada lindo que pudiera usar sin cagarme de frío con los diez grados de máxima que hacen; temperatura que desciende aún más con el llegar de la noche.
