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Enzo | Capítulo: Insomnio
20 DE DICIEMBRE, 2020
Miro la hora en mi teléfono cuando lo siento volver a vibrar en mi mano, ignorando totalmente los mensajes; cinco y veintitrés de la mañana.
Cierro mis ojos por un momento, cubriéndome la cara con un de mis brazos y dejando salir un suspiro hastiado. Ya no hay posibilidad de que pueda volver a dormirme así.
Me levanto con cuidado de la cama, intentando hacer el menor movimiento y ruido posible para no despertar a Génesis.
Únicamente India se percata de mi movimiento, levantándose también y saltando de la cama hasta quedar a mis pies. Bosteza y me mira, esperando que de el primer paso para seguirme.
Le subo un poco al aire antes de salir, viendo la manera en la que Génesis se abraza a las sábanas por el frío que éste larga, dejando también la puerta medio entreabierta, queriendo que el calor del pasillo se mezcle un poco con la baja temperatura de la habitación.
Dentro del total silencio de la casa lo único que se escucha son las pisadas de la perra y como sus uñas chocan contra el piso de madera constantemente.
Me río cuando llegamos a la escalera y llora, mirándome desde el primer escalón sin saber como bajar, pidiéndome claramente que la alce al igual que hago cada vez desde que llegamos.
Viviendo en departamento las escaleras son algo nuevo para ella.
Intentamos enseñarle a subir y bajar varias veces, pero no hay manera, ni bola nos da y termina llorando como ahora, convenciendo a Génesis de cumplirle el capricho con eso.
Es una malcriada.
La bajo recién al llegar a la cocina, poniéndole un poco más de alimento y agua en sus tachitos. Va directamente a la comida y se queda ahí, por lo que aprovecho a poner un poco de agua a calentar para unos mates para matar el tiempo hasta que alguien se levante.
Florencia literalmente me quitó el sueño.
Desde que llegamos a Mendoza que no para de llamar y mandar mensajes. Hasta a mi hermana y a mis cuñadas les mandó, totalmente enojada por, según ella, no haber querido traer a los chicos conmigo por Génesis.
Algo que es totalmente mentira, claro está.
Desde principios de noviembre que le estuve insistiendo para traerlos siendo que mi familia no los veía desde hace tiempo ya y que apenas estaríamos una semana nada más, sabiendo de antemano que éste año mis hijos pasarían todo el verano con ella y que por la pretemporada yo no podría verlos por un tiempo tampoco.
Poco le importó y no quiso escucharme ni una vez, alegando que yo tenía que respetar lo que el acuerdo decía y dejarlos estar con ella estos meses.
