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Génesis | Capítulo: Conoceme
6 DE ABRIL, 2020
Subo los escalones de la entrada del edificio con algo de pesadez, la facultad me sacó todo gramo de energía con la que me había levantado aunque intento verle el lado bueno; al fin y al cabo estoy estudiando lo que elegí y lo que me gusta.
Saludo al señor de la portería con una sonrisa y sigo mi camino hasta estar frente a las puertas del ascensor y esperar su descenso.
Una voz conocida y otras no tanto dirigen mi atención a la puerta que conecta el hall del edificio con el estacionamiento. Sonrío al ver a Enzo acercándose hasta donde estoy con los que deduzco son sus hijos, de la mano.
En cuanto me ve, sin interrumpir la conversación que estaba teniendo con su hija, me saluda con una sonrisa ladeada la cual respondo de igual manera.
–Supongo que estas hermosuras son tus hijos, ¿no? Son iguales a vos –digo, pasando mi mirada de él a ellos en cuanto los tengo al lado.
–Si –murmura manteniendo la mirada en mí durante unos segundos hasta que parece reaccionar– Pía y Santiago –los presenta finalmente, desviando sus ojos a ellos.
Ambos me saludan con un movimiento de mano y un simple Hola medio tímido.
–Yo me llamo Génesis, vivo abajo de su papá –tan rápido como esa oración sale de mi boca intento disimular mi vergüenza por el doble sentido que puede llegar a tener con una sonrisa.
Por suerte la llegada del ascensor me salva de tener que mirar a Enzo y saber si él también lo malinterpretó.
–¿Podemos pedir helado también? –la pregunta de Pía a su papá, lo me hace mirarlos otra vez, rompiendo con el momento de silencio.
–La abuela te hizo una torta y yo compré una también, con eso es suficiente –le responde él y la curiosidad nace en mí.
–¿Están de festejo? –pregunto confianzuda.
–Hoy es mi cumpleaños –responde la menor con una sonrisa medio tímida.
–¿En serio? ¡Que bueno! ¿Cuantos cumplís? –pregunto acompañando su emoción.
–Así –dice y levanta una de sus manos para mostrarme la cantidad de dedos referente a la cantidad de años que cumple.
–Wow un montón, estás super grande ya, felicidades –subo mi mano también esperando que choque los cinco conmigo, lo cual hace con ganas.
–Pía, despacio –le llama la atención Enzo pero yo solamente me río y niego con la cabeza, dándole a entender que está bien.
Ya cuando me doy cuenta de que me quedan dos pisos para bajar, vuelvo a hablarles.– Espero que la pases muy lindo Pía y no comas mucha torta que hace mal –le digo divertida, pasando mi mano por su pelo.
