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28 DE JULIO, 2021
Enzo | Capítulo: Detalles
–¿Que tenes ahí? –pregunto curioso, viendo a Génesis volver a entrar en nuestra habitación sosteniendo algo entre sus manos.
Sonrío divertido cuando rápidamente esconde detrás de su cuerpo el paquete, con la clara intención de que yo no lo vea, y se queda parada en medio de la habitación a escasos metros de la cama.
–Un regalo de aniversario –murmura, dibujando una leve sonrisa sobre sus labios.
Desde que volvimos de la cena que organicé para celebrar nuestro primer año juntos que la sentí un tanto inquieta.
Por un momento consideré que podría haber sido porque la comida no le cayó bien, cosa que le pregunté y negó, o también por algo relacionado a sus típicos malestares de embarazo, pero ahora puedo confirmar que claramente la razón era otra.
Niego con un movimiento de cabeza, acomodándome mejor sobre el colchón hasta apoyarme completamente sobre el respaldo, poniendo brevemente la película que estábamos mirando en pausa.
–Te dije que no tenías que comprarme nada –le recuerdo, riéndome cuando alza sus hombros como nena chiquita restándole importancia a mis palabras.
–Practicamente no lo compré así que, no podés decirme nada. Cerra los ojos, dale –pide.
Mantengo mis ojos abiertos, clavados sobre los suyos, algo incrédulo y dubitativo. Me río y finalmente cedo a lo que me pide que haga cuando alza una de sus cejas en mi dirección y me desafía con la mirada.
Yo por ahí no paso.
–Estira las manos –lo hago, escuchando el ruido de sus pasos sobre el piso de madera cuando se acerca.
El colchón se hunde bajo su peso cuando la siento acomodarse frente a mí, dejando inmediatamente sobre mis manos su regalo.
–Podes abrirlos.
Su carita toda sonriente y llena de ilusión es lo primero que mis ojos ven cuando vuelvo a abrirlos, quedándose momentáneamente en ella y en la expresión de su cara antes de bajar hacia mis manos.
Observo la caja, riéndome divertido cuando noto el pequeño detalle de que está envuelta en papel de regalo blanco y rodeada por ambos lados con un moño de color rojo.
–Dale abrilo –insiste ansiosa, removiéndose sobre su lugar.
Dejo el paquete sobre mis piernas y deshago con cuidado el moño antes de poder llegar a abrirlo del todo. Retiro la tapa de la caja y hago a un lado el papel blanco que cubre lo que hay en su interior.
En el instante que lo hago siento la emoción atravesarme, un nudo se forma en mi garganta y mis ojos pican al humedecerse.
–No es un regalo de la puta madre ni nada comparado al collar que vos me regalaste pero...–deja la frase al aire y mi atención vuelve a Génesis en seguida.
