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Génesis | Capítulo: Nuevas amistades

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Génesis | Capítulo: Nuevas amistades

17 DE SEPTIEMBRE, 2020

El Monumental es enorme, demasiado. Y se va volviendo cada vez más imponente a medida que ingresamos, donde el aliento y pasión de la hinchada por el club y por los jugadores nos recibe a medida que más gente ingresa al estadio.

Hoy River disputa un partido frente a Banfield por el torneo local, más exactamente por los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional.

Falta todavía para el comienzo del partido, por lo que tanto mi mamá como yo nos tomamos nuestro tiempo para admirar el estadio hasta finalmente llegar a los lugares que Enzo nos consiguió en la platea baja.

Hace unos dos días más o menos, mientras almorzabamos juntos, se le ocurrió la idea de que vengamos a verlo, aprovechando que sería el último día de mamá en Buenos Aires también, así que qué mejor manera de cerrar la semana que viéndolo jugar en vivo y en directo.

Por suerte, ésta semana compartida entre mi mamá y él fue de lo mejor posible. De estos cinco días que pasaron desde mi cumpleaños, Enzo participó algunas veces de un almuerzo o una cena con nosotras según el turno en el que entrenaba ese día. Si costó un poco al principio que ambos entren en confianza el uno con el otro, pero de a poco, y más que nada cuando yo me volvía su tema de conversación en común, la cosa se fue aflojando.

Y me encanta que haya sido así. Se sintió familiar.

Le sonrío a la cámara cuando mi mamá pone su celular frente a nosotras, queriéndonos sacar una foto.

Es para ambas la primera vez que pisamos una cancha de tan alto prestigio. Si bien hemos ido algunas veces a ver a Rosario Central, club del cual somos hinchas por naturaleza básicamente, nunca tuvimos la suerte de conocer algún otro.

De a poco, el estadio va llegando casi a su capacidad máxima a medida que los jugadores salen al campo de juego para la entrada en calor habitual.

–Ahí, ¿no? –dejo de buscar a mi novio de entre los demás, mirando hacia donde mamá señala, reconociéndolo a lo lejos, sobre el otro extremo de la cancha junto a un grupo de compañeros.

Se mantiene todo el tiempo con la cabeza gacha, concentrado únicamente en el ejercicio que realiza, hasta una nueva indicación por parte de uno de los ayudantes de campo y cambian a una carrera lateral.

Todas definiciones que conozco gracias a Enzo, en realidad.

Pierdo mi atención en él cuando veo de reojo a alguien más tomando asiento junto a mí. Tres personas exactamente. Una chica como de mi edad con un nene y una nena un poco más chica.

Le devuelvo la sonrisa cuando me mira, muriéndome de ternura con el mayor, el cual canta efusivo las canciones de cancha al mismo ritmo que los demás.

Odisea | Enzo Pérez Where stories live. Discover now