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3 DE JUNIO, 2021

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3 DE JUNIO, 2021

Génesis | Capítulo: Un paso más

Dejo mi celular sobre la mesita de luz de mi lado después de bloquearlo, subiéndome a la cama y acomodándome entre las piernas de Enzo hasta recostar mi espalda contra su pecho.

Y en cuanto lo hago, siento mi estómago revolverse ante el fuerte olor que inunda mis fosas nasales.

–¿Estás usando un perfume nuevo o algo? –cuestiono directamente a él.

–Es el que me regaló tu prima para mi cumpleaños –responde sobre mi cabeza, acariciando el costado derecho de mi cadera con su mano.

–Me asquea de lo fuerte que es –me quejo, sintiendo ese desagradable reflejo de una arcada subiendo por mi garganta.

Otra vez no, por favor.

Ya tuve suficiente con los malestares de ésta mañana y de los días anteriores desde que los benditos síntomas empezaron.

Nada más que hoy mi sistema parece estar mucho más sensible de lo normal y desde que me levanté cualquier mínimo olor o sabor fuerte me descompone.

Como hace dos noches, por ejemplo, que salimos a comer a un restaurante de por acá. Todavía recuerdo la risa de Enzo cuando probé una porción de asado y casi largo todo ahí nomás.

Un asco, sí.

Obviamente terminé desistiendo y dándole mi plato a él para pedirme una ensalada. Pero aún así apenas pude mirar hacia el plato de Enzo en lo que quedó de la noche sin querer vomitar.

El único lado bueno es que al menos descubrimos que son muy pocas y específicas las cosas que, hasta el momento, no me hacen sentir mal.

Aunque en el caso de los olores si que puede decirse que la situación es más compleja. No soporto ningún tipo de olor fuerte directamente.

Ni siquiera puedo usar mis propios perfumes sin que el estómago se me revuelva.

Vuelvo mi cabeza hacía Enzo cuando siento su pecho vibrar bajo mi espalda ante la risa que le da mi asqueada, mientras se endereza un poco más sobre el respaldo de la cama y me arrastra junto con él hacia arriba.

–Te amo –expresa, dejando un beso al costado de mi cabeza.

–Yo no, no es gracioso. Pero claro como vos no sos el embarazado acá –exagero haciéndome la ofendida, provocando nuevamente su risa.

Quiero seguir con mi teatrito cuando una nueva arcada me llega, dejándome sin más opción que moverme de entre los brazos de Enzo y correr directamente al baño.

Mis rodillas chocan con la baldosa del piso de dolorosamente en lo que me abrazo el inodoro y hago arcadas fuertemente mientras siento mi rostro calentarse y mis ojos humedecerse.

Odisea | Enzo Pérez Where stories live. Discover now