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(Va una de papi Enzo porque es muy hot)

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(Va una de papi Enzo porque es muy hot)

6 DE DICIEMBRE, 2021
Génesis | Capítulo: La culpa

–¿Nos sentamos un rato? –me pregunta Enzo, acercándose a mi oído para que pueda escucharlo mejor por sobre encima de la música.

Me gustaría poder decirle que no y seguir disfrutando de la noche, siendo que es una noche de festejo por el campeonato que ganó River y que es el primer momento que tenemos para los dos desde que arrancó la fiesta, pero me hes imposible a estas alturas cuando las 27 semanas empiezan a pesarme cada vez más.

Asiento y le agradezco por medio de una sonrisa, agarrándome de la mano que me ofrece para ayudarme a caminar.

El cansancio y la incomodidad que me provocan las sandalias debe ser evidente en mi cara, por lo que apenas dos canciones después de habernos levantando terminamos volviendo a la mesa que compartimos con algunos de sus compañeros y sus familias.

Le doy una rápida mirada a la zona que armaron para los más chicos, ubicando rápidamente a Pía y a Santiago sentados ahí jugando con el resto de los hijos de los demás jugadores.

–Te dije que esas cosas de veinte centímetros no eran buena opción –señala con la cabeza hacia mis pies una vez que ya estamos acomodados nuevamente.

–Exagerado, apenas tienen un poquito de taco, el problema es esta panza de cien kilos y tu hijo inquieto, no los zapatos –me excuso, acariciándome la panza cuando siento que Simón vuelve a moverse en mi interior.

Parece que entre la comida que ingerí y la música alta, está lo suficientemente activo como para estar acomodándose y pateandome a cada rato.

–¿Sigue? –cuestiona, llevando también su mano a mi panza con la intención de sentirlo cuando patea.– Ahí está –sonríe divertido cuando lo siente, acariciando esa zona en respuesta.

Aunque parezca loco, es increíble como nuestro hijo ya pareciera reconocerlo con el simple tacto de su mano, y ni hablar de cuando Enzo se pone a hablarle. Es como si ya hubiera una conexión especial entre los dos sin siquiera haber nacido.

Mi atención se desvía hacia la moza que pasa por delante de nuestra mesa cuando me percato de los platitos con cosas dulces que lleva en su bandeja. Y sinceramente me emociono cuando me doy cuenta de que son para repartilos en nuestra mesa.

–Gorda, basta, no podés comer tanto dulce –ignoro el reproche de Enzo cuando la chica se acerca a dejar el platito frente a mí, reconociendo finalmente que lo que contiene es una porción de brownie con helado.

Tanto Simón como yo se lo agradecemos.

Siento como mi novio retira su mano de mi cuerpo y la pesada mirada que me clava, por lo que apenas un par de minutos después de estar ignorándolo, finalmente lo miro también.

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⏰ Última actualización: Feb 03 ⏰

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Odisea | Enzo Pérez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora