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Génesis | Capítulo:Una noche perfecta
12 DE SEPTIEMBRE, 2020
Me despierto de golpe, asustada con los ladridos de India. Medio dormida todavía intento espabilarme y ubicarme un poco en situación. Me tranquilizo al escuchar a mi mamá hablarle a la perra, recordándome que ella también está.
Vuelvo a acostarme, cerrando los ojos unos minutos más. Minutos en los que mi cabeza se encarga de traerme a memoria todo lo que fue la noche anterior.
La cena fue espectacular y la conversación, para mi sorpresa, bastante buena y fluida durante todo momento; más que nada entre mi mamá y Enzo.
Toda una sorpresa.
Hablaron bastante sobre el trabajo de mi mamá más que nada; a mi novio le llamó demasiado la atención cuando la escuchó decir que era fisioterapeuta. Tema que derivó más tarde a hablar sobre la carrera de Enzo y así sucesivamente.
Fue sumamente complaciente verlos llevarse bien. Era, creo yo, una de las cosas que me preocupaba; y mucho más al no haber tenido tiempo de hablarle más sobre él a ella.
Si, he de admitir, la cosa se puso un poco tensa al momento en el que tanto Enzo como yo nombramos, casi sin pensarlo, a Pía y Santiago; hijos de los cuales mi mamá desconocía totalmente su existencia. Pero nuevamente para nuestro asombro, su reacción fue bastante diferente a lo que supongo llegamos a imaginar él y yo.
Mamá preguntó con interés por ellos y hasta vió algunas fotos que Enzo le mostró de los nenes, felicitándolo de paso por los hijos que tiene, alegando lo lindos que eran además.
Casi morí en ese momento.
Ya al terminar de cenar, esperamos un ratito más hasta que se hicieran las doce para que pudieran cantarme el feliz cumpleaños, como querían. Nos regalaron un champagne como invitación de la casa así que también hicimos un mini brindis, aprovechando.
A la hora de pagar fue cuando llegaron los problemas, obviamente ninguna quería dejar a Enzo pagar todo y el tampoco quería que nosotras paguemos, justificándose con que había sido idea suya y que por ende, el tenía que pagar.
Aunque seguimos discutiendolo durante unos minutos más, no pudimos ganarle y aprovechó una distracción para entregarle su tarjeta al mozo antes de que podamos darnos cuenta, ganándose un reproche de mi parte.
Ya al salir, mi prima se despidió de nosotros ahí mismo, alegando que tenía que levantarse temprano para ir a trabajar, así que no la retuvimos más. Le agradecí por estar y mucho más por haber ayudado a Enzo con todo esto.
Avisandole de paso que en cuanto se libere pasaría a buscar las cosas que mi mamá había dejado en su departamento.
Obviamente ella se volvió con mi novio y conmigo, se quedaría en mi departamento toda la semana que había conseguido que le den libre en el trabajo antes de tener que volver finalmente a Rosario y retomarlo.
