Encadenado a ti

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Era un martes al medio día, estaba yo solo en mi habitación, retirando algún objeto que había dejado sobre su mesa de noche y viendo algo en la cocina y pensando en muchas cosas, deje calentando la comida del almuerzo para mi y algo en mi me decía que hoy en la noche me podría pasar algo bueno. Sin darle muchas vueltas a mi cabeza me dirigía a mi trabajo como un día cualquiera sin pensar en lo que mi instinto me decía, fue como un día normal y llegue a mi casa muy exhausto del trabajo y me senté en el sofá a ver que pasaban en la TV y sin yo menos esperarlo alguien toca la puerta, estaba algo bebido ya que no fue mi mejor día y había una mujer ,cabello marrón, de piel blanca con un vestido negro muy pegado a ella y me estaba preguntando que si podía pasar que necesitaba decirme algo, yo sin la más mínima idea la dejé pasar y la mujer al parecer me conocía de algún lado y yo desde que vi que entro a mi casa no pare de verla ,fue como amor a primera vista, su aroma y esencia impregnaban en mi de una forma que ni puedo describirla y solo se que era hermosa.

Me empezó a contar de donde me conoció y a pesar de que se me hizo raro todo esto mi corazón latía más pero más rápido y fui a hacerle algo y cuando termine de servirle algo no estaba en la sala. No sabía dónde podría estar y apague el televisor y me fui a mi cama ,no encontraba el interruptor y estaba ella ,ya sin vestimenta y se acercó a mi oído y me dijo: cuando me dejaste entrar, tuviste la lotería porque yo se que desde que te vi eras el chico que buscaba por mucho tiempo y luego de eso empezamos a besarnos con una alevosía que en ese preciso momento podría decir que era tan perfecta y como el juego de nuestras lenguas se unían y entraban como si fueran un rompecabezas, donde la última pieza es la que hace más bonito todo. La saliva y su labial eran tan adictivos que no hubo forma de despegarme de ella, sin ropa era un escultura hecha por los mismísimos Dioses y con mucho relieve que mi boca y mi ser querían sentir todo esto en una noche que pasaría a ser la mejor de mi vida. Seguimos besándonos y se que su sudor jugaba el rol de expresar el desgaste sexual que había en el ambiente. Luego pasaste tu boca a mi cuello en menos de 2 segundos y fuiste a darle unas caricias a las que llamaste, " moretones" y que sentía que en mi piel se iba a quedar marcada una parte de ti como lo era tu labial y tu saliva que se iba humedeciendo poco a poco, paso seguido yo hice lo mismo pero con más delicadeza y que en tu sangre puedas tener mi esencia y siempre corra todos los días por tus venas hasta que ya no fluya sangre por ti cuerpo, sin más preámbulos baje hacia tus bellos y hermosos paramos, con características muy bellas y más redondos que una pelota de fútbol. Sus picos eran tan preciosos que mi lengua no tuvo más remedio que probarlos y sabían mejores que lo que había pensado, y segui y seguí succionando estos hasta que acabe con su bello contenido y mi boca le cambio el color hacia uno mucho más bonito.

Bajando por el laberinto de tu escultura me tope con el gran fruto de esta escultura ,y con tu mano masajeabas mi miembro hasta que se puso firme y me pediste que introdujera este dentro de ti para que así tu corazón lata más fuerte y acto seguido lo hice, con toda mi fuerza lo pude hacer y llegué al punto que quería contigo que era escuchar aquellos gritos, cánticos, sonidos, aullidos, o cualquier manifestación de aprecio y lujuria que saliera por tu garganta mientras nuestras almas se unían a un solo compás que lo denominamos el arte del amor.

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