A Cambio de Muchas Cosas

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Solamente me puedo acordar de aquella manera la cual sigo sin entender como cambiaron tanto las cosas y de como mi vida pudo tener un significado diferente. Todo empezo muy simple, era un dia como cualquier otro y desde hace dias tuve un presentimiento muy raro, pero mi mente no quiso saber nada acerca de este ya que se veia muy dificil de cumplirse y segui con mi rutina diaria. todo parecia estar normal hasta que me da una sensacion de salir a una discoteca para pasar el rato y no quedarme solo en mi casa, asi que me dirigi hacia aquella discoteca y me la pasé lo mejor posible y te conocí en ese lugar.  Andabas muy feliz y yo me atreví a hablarte con la intención de buscar que este noche fuera algo más divertida, así que tu y yo fuimos hablando más y más y nos pusimos a bailar ambos y puedo decir que la química entre ambos era tan perfecta que nuestros cuerpos en un baile se pegaban mucho más  y nuestros ojos se quedaron allí viéndose mutuamente para entender que tendríamos un encuentro muy bello a cambio de varias cosas. A medida que pasaba la noche nos juntábamos más y más hasta un punto en el que ya las ganas se acabaron y se convirtieron en hechos como aquellos suculentos y hermosos besos que tus fresas le daban a las mías por un periodo de tiempo y estos se volvían más intensos y drenabamos las intenciones y deseos que nunca los dijimos, pero si lo mostramos poco a poco con el paso de la noche.

Y con tantas personas que habían en la discoteca nos quisimos escapar a otro lugar donde solo pudiéramos estar los dos, donde nuestros cuerpos quieran mucha más acción, donde nuestros deseos se cumplan con mucha más exactitud y nos fuimos hacia tu domicilio y llegamos con la misma actitud para terminar lo que habíamos empezado y hacerlo de la manera más perfecta posible. Tu boca tan preciosa y perfecta se fue pegando muy fuerte a la mía y nuestras lenguas desarrollaban un juego muy hermoso dentro de estas para calentar las pasiones e ir al siguiente paso, te fuiste a mi cuello y lo mordiste con una alevosía que nunca había visto dejando en mi piel una tatuaje que ni el mejor tatuador pudiera haber hecho y tu tinta se introdujo en mis venas recorriendo y fluyendo todas las fantasías que quiero hacer contigo. Después de esto yo por acto seguido hice lo mismo y pude escuchar unos ciertos gritos e iba descifrando como pudiera hacerlo más y más frecuente, fui bajando poco a poco a tu cuerpo probando cada plato de tu mesa como cuerpo, y deleitándome de cada centímetro de tu naturaleza llegando así al platillo principal, el cual con mi lengua lo empecé probando y sabía tan bello que no encuentro la forma de describirlo y sin tanto preámbulos introduje toda mi energía y deseos a través de mi miembro en ti y allí ya si pude escuchar más fuertes tus cánticos gloriosos y sonoros  los cuales retumbaban en la habitación e hicimos muchas coas más para poder llegar a este momento en el cual tú alma y la mia se unieron por toda la vida en este mundo físico.

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