20

6.7K 461 135
                                    

A pesar de que después de las vacaciones ya no nevaba en Hogwarts, seguía haciendo frío, pero yo igual tenía que ir a entrenar quidditch. Entré en mi habitación y saqué mi escoba. Bajé corriendo las escaleras y salí de la sala común. Tan pronto estuve en el pasillo me encontré con Madeleine, que llegaba con... ¿Riddle?

Al verlos me detuve en seco y me quedé mirándolos, tratando de encontrarle una explicación a eso. Nunca los había visto hablando si quiera, y en ese momento parecían estar teniendo una sería conversación.

—Qué bueno que te encuentro —dijo mi prima, cuando llegó a mi lado—. Tengo algo que decirte.

—¿Puede ser más tarde? —pregunté, recordando que tenía que ir a entrenar—. Voy tarde para el entrenamiento.

—Tom y yo estamos saliendo —dijo, sin rodeos y yo sentí como si me hubieran dado un fuerte golpe.

Jamás hubiera imaginado algo así. Miré a Riddle, y él sólo sonrió, pero no dijo nada. Me parecía una broma de muy mal gusto, aunque mi prima parecía estar hablando muy en serio. Me negaba a creerlo, ellos no tenían ninguna razón para iniciar una relación. Fred y George salieron de la sala común y se acercaron.

—Emily —dijo Fred—, tenemos que irnos a entrenar.

—Es tardísimo y quién va a aguantar a Oliver cuando nos vea llegar a esta hora —completó George.

Yo solo pude asentir, pero necesitaba saber desde cuando mi prima salía con Riddle, necesitaba que me explicara qué estaba sucediendo.

—Nos vemos luego, Made —murmuré y me fui con los gemelos.

Caminábamos rápido y en silencio hacia el campo de quidditch. Mientras tanto, yo intentaba encontrarle una explicación a la supuesta relación que tenía mi prima con Riddle. ¿Por qué habiendo tantos chicos en Hogwarts, tenía que salir con el único al que yo odiaba?

—¿Escuchamos bien cuando tu prima dijo que estaba saliendo con Riddle? —preguntó George, sacándome de mis pensamientos.

Sacudí un poco la cabeza y lo miré.

—Parece que tanto ustedes como yo, escuchamos bien —le respondí.

—Esa es la pareja más extraña que hemos visto —opinó Fred.

Mi mente era un completo caos, pero me aliviaba un poco tener que entrenar, así podía distraer mi mente y dejar de tratar de entender por qué mi prima salía con Riddle, pues estaba segura de que no estaban enamorados ni nada parecido.

En el campo de quidditch, el resto del equipo esperaba. Oliver nos miró con cara de pocos amigos, pero no hizo ningún comentario acerca de nuestra tardanza y comenzamos lo más pronto posible el entrenamiento.

Cuando me elevé en la escoba e iniciamos el juego, me di cuenta de que mi mente estaba en otra parte. Jamás había jugado tan mal, y mis compañeros me miraban, sorprendidos.

—¿Estás bien? —me preguntó Angelina, deteniéndose a mi lado en el aire.

No, yo no estaba bien. Mi prima había dicho que estaba saliendo con Riddle y yo no soportaba la idea de verlos juntos como una pareja. ¿Por qué me afectaba tanto? Ese no era mi problema, ellos podían hacer lo que quisieran.

—No te preocupes —le respondí.

Ella me miró con preocupación y yo traté de esforzarme por jugar bien. Cuando terminó el entrenamiento estaba muy cansada, y regresé al castillo sin decirle nada a nadie, porque quería hablar con Madeleine.

Iba llegando a la sala común de Gryffindor cuando me encontré con Riddle. No pensaba quedarme callada, así que decidí hablar también con él.

—¿Qué se supone que pasa entre mi prima y tú? —le pregunté directamente.

—Voy a responder como lo harías tú —contestó—: No es tu problema.

Lo miré con impaciencia y resoplé.

—Sales con ella para fastidiarme, ¿verdad?

Estaba segura de que era eso. Él se retiró un mechón de cabello de la frente y me miró fijamente.

—Ni lo confirmo, ni lo desmiento —se encogió de hombros—. Solo te advierto que es posible que ahora tengamos que vernos más seguido.

Hice un gesto de impaciencia. Ya sabía lo que se avecinaba, íbamos a terminar odiándonos todavía más.

—Entonces esto tiene que ver con lo que me dijiste el día de la fiesta de Slughorn.

Asintió.

—Estoy seguro de que ahora me odias un poco más que antes.

Lo miré mal. Sabía que quería fastidiarme, pero salir con mi prima ya era demasiado. Seguramente ni siquiera le interesaba, pero sabía que yo iba a tener que soportarlo un poco más de tiempo del acostumbrado.

—De verdad que no entiendo por qué tienes que ser tan insoportable —le dije.

—Será mejor que te acostumbres.

Sus labios se curvaron en una sonrisa radiante, que me hizo saber que se había dado cuenta de que odiaba la idea de que tuviera algo con mi prima y, como casi siempre, se estaba burlando de mí. No quería estar ni un segundo más en su presencia, así que le dirigí una mirada de desprecio y pasé por su lado, continuando mi camino hacia la sala común.

Madeleine estaba sentada en uno de los sillones, aparentemente distraída. Me acerqué y me senté junto a ella.

—¿Puedo preguntar si es en serio que sales con Riddle? —le dije.

Ella me miró a los ojos y asintió.

—Escucha, Emily... —respondió— pensé en que tal vez la mejor estrategia para que Cedric me preste atención, es que me vea salir con alguien más. Así sabrá que se está perdiendo de algo realmente maravilloso y vendrá a decirme que salga con él.

La miré con incredulidad.

—¿Y de verdad crees que eso va a funcionar?

—Claro que sí, por eso lo hago. No va a soportar verme con alguien más. Lo voy a ignorar por completo para que extrañe cómo era con él. A veces las personas no valoran lo que haces por ellos porque se acostumbran a tenerte siempre ahí, pero si lo dejas de hacer, lo echarán de menos y así aprenderán a valorarlo.

Podía comprender perfectamente la explicación que me acababa de dar, pero todavía había algo que no terminaba de entender.

—¿Por qué Riddle? ¿No podías salir con alguien más?

Ella sonrió, como si fuera una pregunta tonta.

—Es guapo, Emily —respondió, mientras cruzaba la pierna—, casi tan guapo como Cedric. Eso hará que se arrepienta más rápido de haberme rechazado.

Aunque odiaba pensarlo, a mí me parecía que Riddle era mucho más guapo que Cedric. Pero eso era algo que nunca admitiría en voz alta.

—Eso quiere decir que tan pronto Cedric venga a decirte que se equivocó y que quiere estar contigo, vas a mandar a Riddle al infierno —comenté.

Mi prima asintió.

—Te voy a decir esto solo porque confío plenamente en ti: Digamos que, Riddle y yo hicimos una especie de acuerdo. Estar en una relación nos conviene a ambos.

Fruncí el ceño, un poco confundida por lo último que había dicho.

—¿En qué podría beneficiarle esto a Riddle? —pregunté.

Ella se encogió de hombros.

—Eso no te lo puedo decir... pero en fin, yo sé que no te agrada y no quiero que pienses que quiero molestarte. Trataré de que tengas que verlo lo menos posible.

Solo asentí, aunque no estaba muy segura de que eso pudiera ser. Suspiré y me acomodé mejor en el sillón. Necesitaría mucha paciencia de ahí en adelante, además, esperaba que el plan de mi prima diera resultado pronto, así ella dejaría a Riddle y yo no tendría que verlos juntos por mucho tiempo.

𝕺𝖉𝖎𝖔 || 𝕿𝖔𝖒 𝕽𝖎𝖉𝖉𝖑𝖊Where stories live. Discover now