33

5.6K 458 50
                                    

No supe de qué habían hablado hasta la mañana siguiente. Estábamos desayunando en silencio, cuando mi tío dejó el periódico que estaba leyendo sobre la mesa, y me miró con seriedad.

—Tengo que hablar contigo, Emily —dijo.

De inmediato me puse nerviosa, presentía que iba a ser una conversación nada agradable. Me limité a asentir y terminé mi desayuno.

—Madeleine me dijo algo sobre ti que me parece un poco preocupante —explicó—, pero necesito preguntarte si es o no cierto.

—Pero padre —intervino Madeleine—, si te lo conté es porque es verdad.

Él le dirigió una mirada severa, y entonces descubrí que mi tío no creía en su palabra, lo que me hizo pensar en que yo tendría cierta ventaja en aquella desagradable situación. Volvió a mirarme y continuó:

—Dijo que desde hace varios meses te estás acostando con un chico —su tono era calmado, pero podía ver que le incomodaba estar teniendo esa conversación— ¿Es eso cierto?

Pasé de sentirme nerviosa, a estar completamente furiosa con mi prima por haberse atrevido a decirle cosas como esas a mi tío. Le dirigí una mirada llena de odio que ella no pudo soportar, pues bajó de inmediato la mirada.

—No es verdad —respondí, aparentando calma—, yo no he hecho nada de eso.

—Era de esperar que lo negara —dijo Madeleine, sin levantar la vista—, es una zorra solapada.

Al escucharla referirse a mí de esa manera, sentí que me hervía la sangre, pero no fui la única.

—Cuidado con lo que dices —dijo mi tía Clarissa, visiblemente molesta—. No tienes por qué expresarte así de Emily.

—Ustedes no saben cómo es —replicó Madeleine—. Yo estaba saliendo con ese chico, y ella no lo dudó un segundo antes de ir a acostarse con él, sin importarle que estuviera conmigo.

En lugar de poner a mis tíos de su parte, eso los hizo perder la paciencia mucho más rápido.

—No pienso involucrarme en una tonta pelea de dos niñitas por un muchacho —dijo mi tío, cada vez más furioso— tengo cosas más importantes de las que ocuparme que de escuchar tus intrigas, Madeleine.

—Pero padre —ella parecía a punto de llorar—, no son intrigas, es la verdad. Ella se ha estado revolcando con ese imbécil desde hace mucho tiempo atrás.

—¡No es cierto! —exclamé, incapaz de controlarme ni un minuto más— no voy a negar que tengo una relación con Tom, pero yo no he hecho nada de eso con él. No entiendo por qué tienes que venir a hablar aquí de cosas que no sabes, y peor, decírselas a ellos. Tú has pasado estos cinco años persiguiendo día y noche a Cedric Diggory, como si estuvieras completamente desesperada, y yo nunca vine a hablarles a ellos de eso. ¿Tanto te cuesta aceptar que Tom no se fijó en ti? No seas ridícula y madura de una vez. Lo que tengas que decirme, dímelo sin más, pero no involucres a tus padres en una pelea tonta.

Y estaba tan molesta que hablé sin pensar. Después de mencionar lo de Cedric, mis tíos intercambiaron una mirada confusa.

—Entonces era eso —dijo mi tía Clarissa, mientras miraba a mi prima, con decepción—, la razón de tus desastrosas notas era que solo te ocupas de estar persiguiendo a un chico.

—No, madre —se apresuró a decir Madeleine—, no es cierto.

—Tiene mucho sentido —dijo mi tío Remigius, pensativo—. ¿Sabes cuántas cartas me ha enviado Dumbledore, y cuántas otras me ha enviado McGonagall, hablándome de lo mal que te va en el colegio?

—¿Por qué le creen a ella y no a mí? —preguntó, a punto de llorar.

—De ella no hemos recibido ninguna queja, porque responde por sus cosas y cumple con sus obligaciones. Voy a ser muy sincero... mientras Emily siga siendo tan responsable como ha sido hasta ahora, no me importa lo que haga o deje de hacer con ese chico.

Sus palabras me sorprendieron profundamente, jamás pensé que fuera a decir algo así. Madeleine tenía toda la intención de causarme un problema muy serio con mis tíos, pero no le había salido bien y quien había quedado mal, había sido ella misma.

—Pero se ha estado comportando como una zorra —insistió, cada vez más desesperada y se puso en pie— ¿Por qué la quieren más que a mí?

—No la queremos más que a ti —dijo mi tía Clarissa, pero se notaba mucho que le costaba no levantar la voz—, simplemente es que ella nos da muchos menos problemas que tú. Esto que hiciste está muy mal, es estúpido e inmaduro. Pelear con Emily por un chico es lo más tonto que puedes hacer. Tu padre y yo no queremos oír ni uno más de tus comentarios malintencionados.

Madeleine se puso a llorar copiosamente y se quedó mirándome, con mucho odio.

—Comienzo a extrañar la que eras antes —me dijo.

—Pues vete olvidando de que esa versión de mi existió, porque no va a volver. Te dije que nunca más iba a permitir que me trates mal, y lo voy a cumplir —le respondí.

—No sabes con quién te metiste.

—Tú tampoco lo sabes, créeme.

Salió corriendo del comedor y yo dirigí la mirada hacia mis tíos, que me miraban sorprendidos.

—Háblanos de ese chico —me pidió mi tía, en el tono afable en el que siempre me hablaba.

—Su nombre es Tom Riddle, está en Slytherin, es prefecto, y también uno de los mejores estudiantes del colegio —respondí—. Madeleine salió con él después de las vacaciones de navidad porque pensaba que si Cedric Diggory la veía con alguien más, se arrepentiría de haberla rechazado, pero no le dio resultado. Tom y yo no nos llevábamos muy bien, pero comenzamos a llevarnos un poco mejor y... comenzamos una relación sin planearlo.

Mis tíos intercambiaron una mirada que no comprendí muy bien. A menudo se decían cosas sin necesidad de palabras y yo me preguntaba si algún día llegaría a ese nivel de entendimiento con Tom.

—¿Y estás enamorada de él? —preguntó mi tío, y me miró con curiosidad.

Lo pensé un poco antes de responderle.

—Creo que no me atrevería a afirmar que estoy enamorada de él... pero es alguien muy especial, y lo que tenemos es algo muy bonito.

Los dos sonrieron como si me comprendieran perfectamente.

—Algún día tienes que presentárnoslo —dijo mi tía.

Me quedé pensando en cómo sería presentarle a mi familia. ¿Qué pensarían de él al conocerlo? ¿Les agradaría?

𝕺𝖉𝖎𝖔 || 𝕿𝖔𝖒 𝕽𝖎𝖉𝖉𝖑𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora