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La primera prueba estaba programada para el veinticuatro de noviembre. En todas partes no se hablaba de más que del torneo, era el tema de moda. Como Tom y yo estábamos enterados de en qué consistía cada una de las pruebas, ya sabíamos que la primera tenía que ver con dragones. Él decía que estaba más que listo para enfrentarlos, pero yo seguía preocupándome por él. Los dragones eran animales peligrosos, y la mañana del día de la prueba, yo estaba mucho más nerviosa que él.

—Buena suerte —le dije cuando me despedí.

Él compuso una sonrisa tranquilizadora.

—Gracias —dijo—. Pero no es necesario que te preocupes tanto por mí.

Me encogí de hombros.

—Eso es lo que haces cuando quieres a alguien tanto como yo te quiero a ti.

Sonrió de nuevo y se acercó para darme un beso.

Había quedado de encontrarme con Fred y George, porque íbamos a buscar un buen lugar para ver la prueba, cuando una mujer, a la que identifiqué como Rita Skeeter, apareció frente a nosotros.

—Tú debes ser Emily Parkbey —dijo.

Asentí y la miré con desconfianza. Ella había entrevistado a los campeones, y en el artículo que había escrito sobre Tom, había una gran cantidad de mentiras sobre él y otras cosas que yo sabía muy bien que nunca diría.

—¿Necesita algo? —pregunté.

Ella sonrió, y su sonrisa me pareció lo más hipócrita que había visto. Intenté no dejar notar que ya me había caído bastante mal.

—Necesito hablar contigo —dijo—, he oído por ahí que tienes una relación o algo así con Tom Riddle.

—Creo que ahora es un mal momento. Ya va a empezar la prueba y no quiero perdérmela, mejor después.

Me iba a ir lo más pronto posible, pero me tomó del brazo con bastante fuerza y me llevó casi a rastras hacia la primera puerta que encontró. En cuanto estuvimos adentro de un salón vacío, buscó en su bolso y sacó una pluma y un trozo de pergamino. Se llevó la pluma brevemente a los labios y luego comenzó a escribir, sola, sobre el pergamino.

—Y bien, querida —dijo—, he escuchado que Riddle fue novio de tu prima antes que tuyo... ¿te definirías como una chica que no respeta los noviazgos ajenos?

Sus palabras me ofendieron terriblemente, y tuve que hacer un enorme esfuerzo por no insultarla.

—Un momento, señora —le dije, en el tono menos agresivo que pude—. Usted no me conoce y no tiene ningún derecho a tratarme de esa manera, ni a meterse en mi vida.

Ella hizo caso omiso de mi comentario.

—¿Cuánto tiempo llevan saliendo?, ¿se conocen desde hace años?

No le respondí, me crucé de brazos y la miré como si fuera algún molesto insecto que estuviera incordiándome. Mientras tanto, la pluma seguía escribiendo.

—Será mejor que hables, querida... el público necesita información.

—Usted es buena inventado mentiras, así que no veo para qué necesita mis respuestas.

Me guiñó un ojo.

—Chica lista. ¿Será eso lo que le gusta a Riddle de ti?

—Pregúntele a él.

Me dispuse a salir, pero antes busqué la varita en el bolsillo y la saqué.

—¡Petrificus totalus! —exclamé, y no le di tiempo de moverse.

Después de que cayó pesadamente al suelo, tomé la pluma y el pergamino, y salí de ahí.

—¡Fermaportus! —dije, después de cerrar la puerta.

Me fui casi corriendo, y descubrí con alivio que Fred y George me habían guardado un lugar junto a ellos, además, todavía no había pasado el turno de Tom.

—¿Dónde estabas? —preguntó George.

—Casi te pierdes toda la prueba —dijo Fred.

—Tuve un pequeño problema —respondí. Esperaba que Skeeter pasara un buen rato ahí encerrada.

—Por suerte todavía no ha sido el turno de tu querido Riddle —dijo George.

Presté atención a la prueba y vi que era el turno de Viktor Krum. El siguiente era Tom, y cuando salió parecía tan seguro de sí mismo, que me sentí un poco menos preocupada por él. Le lanzó un hechizo a los ojos del dragón, para causarle conjuntivitis, y en pocos minutos, tomó el huevo de oro y salió ileso. Los estudiantes de Hogwarts hicieron gran alboroto, y yo me sentí indescriptiblemente orgullosa de él.

Cuando fui a buscarlo, no lo pensé dos veces antes de correr y envolverlo en un fuerte abrazo. Él se sorprendió un poco, pero después me rodeó con los brazos también.

—Lo hiciste muy bien —le dije.

—Ya viste que no tenías que preocuparte tanto por mí.

Su sonrisa era radiante, y parecía muy satisfecho consigo mismo. Quedaban dos pruebas más, pero en esos momentos estaba segura de que todo saldría muy bien.

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Holaaaaa :)

Primero que todo, quería darles las gracias por leer, por votar, por comentar y por todo, en verdad me hace muy feliz saber que les ha gustado la historia.

También quería decirles que ya casi se acaba, quedan unos pocos capítulos. Pero todavía estoy pensando en el final porque tengo varias opciones, pero no estoy segura de cuál será la mejor manera de terminar la historia.

En fin, gracias otra vez, un abrazo 🤗💕

𝕺𝖉𝖎𝖔 || 𝕿𝖔𝖒 𝕽𝖎𝖉𝖉𝖑𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora