CAPITULO 22

3 1 0
                                    

Noe se subió entonces encima de él, levantó un poco su cuerpo para coger el miembro de Diego y guiarlo nuevamente hasta la entrada de su intimidad, que entró esta vez tan suave como mantequilla, un gemido fuerte de placer hizo Noe al sentir como la penetraba hasta el fondo de una sola estocada. Permaneció inmóvil durante un momento, al cabo de un rato colocó sus manos sobre el pecho de Diego y comenzó a subir y bajar sus caderas, con una notable inexperiencia al no saber llevar un ritmo uniforme.

Diego la dejó estar con ese ritmo irregular de principiante un rato pues le parecía demasiado tierna como para hacerla parar o como para guiarla a un ritmo que sería mucho más placentero para ambos.

- Te ves incluso más hermosa así, encima de mí.- Le dijo mientras la tomaba muy suavemente de las caderas pero sin llevar el ritmo de los movimientos de Noe, quería que ella lo experimentara, o al menos eso pensó a pesar de que su autocontrol no dudaría mucho.

Sus movimientos no eran tan controlados, a veces el miembro de Diego se salía completamente al levantar demasiado su cuerpo.

- Me gusta estar aquí encima tuyo-dijo entonces mirándolo ruborizada-¿crees que desde aquí puedas tocarme mientras hago los movimientos?

Diego rió muy levemente y sonrió mientras se mordía el labio. La tomó un poco más fuerte de las caderas y la levantó un poco para volver a entrar dentro de ella antes de marcar sutilmente el ritmo y cuando ella se acostumbró a llevarlo la soltó antes de volver a tocarla tal y como a ella le gustaba.

Noe empezó a moverse bruscamente de nuevo al sentir el dedo de Diego acariciar su clítoris con total soltura, empezó a gemir con fuerza mientras sus senos se tambaleaban de un lado a otro.

- ¡Sí...joder...!-cerró sus ojos nuevamente emitiendo un gemido más fuerte.

Sus muslos comenzaron a temblar nuevamente, y su intimidad se contrajo de tal manera que parecía exprimir el miembro de Diego, y como una descarga eléctrica que atravesaba su espina dorsal hasta su cabeza, volvió a perder el control de sí misma en medio del placer.

Diego comenzó a mover sus caderas sin control alguno, bruscamente para que ella sintiera aquella descarga de placer con mucha más intensidad que antes, además, él también estaba en su límite.

Cumplió sus expectativas y metas en aquel momento en el que en medio del orgasmo de Noe se corrió en el preservativo sin salir de ella.

En cuanto vio que el cuerpo de la chica a la que tanto amaba se relajaba salió de ella con mucho cuidado para quitarse el anticonceptivo y hacerle un nudo antes de tirarlo a la papelera tipo canasta y abrazarla con amor y suavidad, acercándola a él y acariciándola. Siendo en todo momento consciente de que ella en esos instantes estaba aletargada en el paraíso.

Noe respiraba agitadamente, con su cara completamente roja y su expresión de éxtasis y satisfacción. Se tumbó al lado de él y lo abrazó con suavidad mientras recuperaba el aliento, dándole un fuerte y cariñoso beso en su pecho, para luego apoyarse sobre él.

- Tranquila, ya, ya, respira princesa.- Le dijo a pesar de que a él también le faltaba el aliento.- ¿estás bien? ¿Lo disfrutaste?

Diego la acariciaba lentamente por el pelo y la espalda con suavidad. Preguntaba sabiendo ligeramente la respuesta que Noe daría ya que la había oído gemir y bueno, los orgasmos no se dan cuando no disfrutas, ¿no? Pero aún así quería asegurarse de ello, quería escucharlo de los labios de ella sin falta.

Noe primero asintió con la cabeza sonriendo medio atontada, para luego responderle:

- Sí nene...mucho... me ha gustado mucho.

Lunas de GofioWhere stories live. Discover now