CAPITULO 14

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Eran alrededor de las 8 menos 10 y Noelia se encontraba trotando por las calles, repasaba mentalmente lo que había estudiado esa tarde, muy sistemática a la hora de estudiar como siempre, por fin descargó toda su energía en ese trote, hasta que llegó al gimnasio donde entrenaba Diego, se recogió otra vez el pelo y se secó con una pequeña toalla el sudor mientras entraba.

A primera vista pudo localizarlo, como cualquier enamorada que no ve a nadie más que a él, lo contempló durante unos minutos para después sentarse a esperar a que acabase

Diego estaba en una de las zonas de sacos dándole muy buenos golpes y combos. Se lo notaba en plena forma son parar ni un solo momento hasta que el entrenador lo llamó.

- Te toca pinchazo Diego, venga que solo es un momento y luego te vas a casa, parece que te esperan.- Le dijo el hombre de mediana edad mientras le sonreía molestando al castaño.

- Voy.- Dijo mirando a Noe y saludándola con la mano antes de ir con el médico del lugar para que le sacara algo de sangre, luego simplemente fue hacia Noe.- Hoy tocó análisis, siempre hacen lo mismo para buscar dopantes, drogas o alcohol en sangre, cosas de seguir siendo menor de edad. ¿Nos vamos? Aún tengo energía para trotar si quieres.

Dicho eso la besó suavemente en los labios sin importarle las burlas de los demás chicos del gimnasio.

- No sabía que te hacían eso-respondió Noe con asombro- ¡Claro! Si tienes energías podemos trotar hasta tu casa, vemos una peli o lo que te apetezca.

- Genial, me gusta saber que tienes tiempo princesa, vamos.- Le dijo abrazándola por la cintura y saliendo del local.- Lo hacen para que la calidad del campeonato no decaiga, son más rigurosos con eso que con las reglas de los combates.

Comenzaron a trotar nada más salir del gimnasio, a él le sobraban energías puesto que desde lo del poema estaba más que emocionado y feliz.

Cuando llegaron a casa de Diego, Noe bebió un poco de agua y le ofreció a Diego, que bebió sin pensarlo, luego Noe suspiró mientras él abría la puerta:

- Nené... esta mañana mi padre te vio en la comisaria, y me costó convencerlo que fue porque me estabas defendiendo de ese chico, pero una parte de mi cree que mi padre sabe cómo eres tú, porque no pareció enfadarse mucho esta vez... no sé qué pensar

- Tranquila, tu padre sabe que no dejaré que nadie te haga daño. Aunque creía que le había dejado claro que no soy de los que se mete en peleas así como así.- Le dijo mientras le dejaba paso a ella para que entrara en la casa.- No tienes que preocuparte por nada, si hace falta hablaré de nuevo con tu padre, con tu madre o con quien haga falta, no me da miedo enfrentarme a ellos con tal de que sepan que lo único real en mi vida es que te amo.

La besó antes de que ella entrara en la casa en la que sin duda Diego había puesto orden antes de ir a entrenar, así si se llegaba a dar el caso de que Noe pudiera ir no pareciera una leonera.

- Lo sé, a mí también me gustaría que lo supieran y lo aceptaran, pero a mi madre yo creo que debes darle tiempo, no es una persona con la que puedas hablar abiertamente como mi padre.

Cuando Noe besó a Diego entró a la casa y se sorprendió de lo arreglado que estaba todo:

- ¿Ya la criada se fue?-preguntó con tono bromista.

- Muy graciosa salió la princesa.- Dijo divertido mientras cerraba la puerta.- Solo recogí un poco la casa antes de irme al gimnasio, quería que estuviera más o menos si llegabas a venir, después de todo no soy ningún cerdo.

Diego dejó las cosas de deporte en la habitación antes de ir a la cocina y ponerse un buen vaso de zumo natural, incluso le ofreció un vaso a Noe por si le apetecía un poco ya que era totalmente apto para ella.

Lunas de GofioWhere stories live. Discover now