CAPITULO 35

2 1 0
                                    

Noe entró al baño con otra chica y pudieron ver en efecto con una joven vomitaba en el suelo y caía inconsciente en el suelo.

- ¿Ha bebido mucho? -preguntó Noe a la otra chica.

- Ha bebido lo justo, pero luego ha consumido un poco de estas sustancias que hemos comprado a un chico fuera hace un rato.

- ¿Qué son? ¿Pastillas o éxtasis?

- No, son como hongos alucinógenos, no estoy segura, hay un camarero joven por aquí, lo vi con uno de ellos antes,

- Vamos entonces a preguntar-dijo Noe algo alterada.

Salió del baño rápidamente y le comentó lo sucedido a Diego:

- Cariño hay que llamar una ambulancia, la chica esta inconsciente y parece que no respira.

Diego preguntó que había consumido la chica, en cuanto tuvo la respuesta llamó a una ambulancia y se quitó la chaqueta y la corbata antes de entrar al baño.

- Pon a tu amiga boca arriba con la cabeza de lado, rápido.- Le dijo a la otra chica.

En cuanto esta le hizo caso, Diego metió la mano en la boca de la chica con cuidado y la ayudó a respirar simplemente sacándole la lengua de la garganta.

- Respira y tiene pulso, solo está inconsciente.- Dijo el castaño con calma a pesar de la situación.- Los tipos a los que les comprasteis las pastillas están fuera, ¿no?

- Así es -dijo la rubia amiga- ¡¡pero llamen a la ambulancia por favor!!

Entretanto, estaban los dos jóvenes aun fuera en la puerta lateral.

- Cálmate, tu amiga estará bien y llamé a la ambulancia antes de entrar al baño, ¿Qué tal si te encargas de que tu amiga no se trague su propia lengua? Eso la mantendrá con vida, encárgate también de que tenga la cabeza de lado, si sigue vomitando al menos no se ahogará. Yo voy fuera, voy a hablar con esos tipos, a ver si aprenden. Y rubia, nada de setas ni pastillas raras, tu amiga podría estar muerta ahora mismo y sería únicamente culpa de ambas, por idiotas.- Le dio un leve golpe en la frente a la chica antes de remangarse y salir a ver a los dos tipejos que le habían vendido las sustancias a las chicas.

En efecto ahí estaban los dos chicos fuera, uno completamente ido y el otro si estaba cuerdo, al ver a Diego, miró de reojo al camarero con ligera decepción, y miró al castaño con seriedad:

- ¿Te podemos ayudar en algo?

- Oye chico, creo que el jefe te estaba buscando, creo que es momento de que se acabe tu descanso.- Le dijo al camarero al que por supuesto conocía bien. Cuando estuvo a solas con los tipos sonrió de forma cordial.- Dos chicas, una de ellas rubita, me han dicho que tenéis buena mierda, la fiesta me aburre y quiero hacerla más divertida. ¿Qué tenéis?

- Es él Juampe, es él-dijo el chico drogado con voz entrecortada.

- Cállate, no es-respondió el otro sin darle importancia- ignórale, está loco, bien, primero que nada no estás hablando con el típico camello que reparte cualquier mala mierda a los demás, yo vendo algo completamente revolucionario, el hachís esta tan muerto como la coca, ahora los hongos han vuelto y están pegando fuerte,-dijo enseñándole un bolsa- son algo sintéticos pero el viaje madre mía, mejor que un LSD

- No me digas.- Dijo como si le interesara antes de mandarle el mejor derechazo que había dado jamás.- Que sepas gilipollas que la chica a la que se los vendiste está medio muerta en el baño y que si me denuncias tienes las de perder. Esto es un evento privado y aquí yo soy el invitado de honor.

Lunas de GofioWhere stories live. Discover now