CAPITULO 13

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Tras terminar de montar el estante, que realmente quedó muy bien, Diego suspiró y fue con Noelia sin importarle que José estuviera delante y la abrazó por la cintura tiernamente.

- Bueno, mi trabajo de carpintero ha terminado y se hace algo tarde... creo que será mejor que me vaya a casa por hoy, buscaré algo de cena y a la cama.- Dijo acomodándole el pelo a ella.- Si quieres mañana me paso a recogerte y te llevo a clase, podemos ir juntos y te ahorras la caminata.

- Está bien-respondió Noe con una sonrisa- te esperaré entonces.

José no dijo nada, simplemente le dio las gracias a Diego por ayudarlo y luego se dirigió a la cocina a beber algo, Noe aprovechó que su padre se fue para abrazar a Diego con fuerza y darle un fugaz beso en la boca. Sabía que no tendría por qué preocuparse teniendo un novio tan maravilloso como él.

Al día siguiente era una mañana calurosa y despejada, Noe se encontraba muy entusiasmada porque sería la primera vez que iría con Diego a clase, María Teresa le puso en la mochila de Noe un trozo de bizcochón y cuatro mandarinas como a su hija le gustaba, sin saber nada acerca de Diego, salió a trabajar.

Diego se despertó tan temprano como siempre y se puso a entrenar con más energía de la normal, le dio tiempo incluso a recoger su habitación, estaba totalmente emocionado por poder ir a buscar a Noelia a su casa.

Cruzó un par de mensajes con el chico que vigilaría desde este día la cuenta de Luci pues él también estaba preocupado por su joven cuñada.

Tras terminar de prepararse con una camiseta blanca que marcaba ligeramente su bien formado torso y la mochila, agarró una tostada y fue a su moto a pesar de que aún era algo temprano.

Esperó lo que hiciera falta para que Noe saliera, incluso llegó a alcanzar a ver como la madre de esta salía a trabajar.

Dimas y cristina fueron los primeros en salir, saludaron a Diego con una sonrisa, no pasaron más de dos minutos cuando Noe salió por la puerta, acomodándose la mochila en su espalda, llevaba una linda blusa blanca y un pantalón de color bronceado que le quedaba holgado, junto con una cadenita colgándole desde la cintura.

Caminó hacia él con emoción para darle un abrazo y un beso cariñoso.

- ¡Buenos días nené!

- Buenos días mi princesa hermosa.- Le dijo con una radiante sonrisa antes de besarla de nuevo.- Vamos cielo, tomaremos el camino largo ya que nos da tiempo.

La ayudó a ponerse el casco como siempre y esperó a que ella subiera a la moto para ponerla en marcha.

Fue con bastante calma y por las carreteras secundarias como si quisiera dar un pequeño rodeo antes de ir al instituto.

Durante el tramo Noe le decía:

- Nunca había estado por aquí, esta zona es muy bonita, ¡y más contigo!

- ¿Nunca viniste por aquí? Es la mejor zona de la ciudad o al menos la más tranquila. No hay mucha gente porque se considera que es la zona pobre de la ciudad. Hace un año o así todo esto estaba lleno de ocupas.- Le dijo tranquilamente mientras la llevaba por calles cada vez más desoladas.

Después de un buen paseo la llevó hasta los aparcamientos de las motos del instituto.

- Aún es temprano, alcanzamos a hablar un poquito- dijo Noe con insinuación.- ¿qué hiciste anoche? ¿qué cenaste?

- Pues me hice un sándwich de jamón y queso, me di una buena ducha y me quedé viendo el canal cocina hasta que me entró sueño.- Dijo divertido mientras se bajaba de la moto y le quitaba el casco a Noe. Después la dejó sentada de lateral y se colocó entre las piernas de ella mientras la tomaba suavemente de la cintura.- ¿Y tú qué hiciste anoche cuando me fui de tu casa? Seguro que cenaste mucho mejor que yo.

Lunas de GofioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora