Marca.

Adiós Definitivo.

Xiao Zhan se encontraba completamente empapado, cargaba un aspecto desaliñado, sus pies al igual que el ruedo de sus pantalones estaba cubierto por la arena, había caminado mucho tiempo bajo la lluvia.

Cuando regresó a casa la lluvia seguía siendo torrencial, ahora el viento se hacía más fuerte golpeando junto con las gotas de agua los grandes ventanales de aquel hogar.

El omega se encontraba sentado en la cocina tomando un poco de té caliente, eran casi alrededor de la media noche cuando vio a su hijo entrar en tal estado a la casa, con preocupación se acercó a él.

- Cariño...- Llevó sus manos al rostro de su hijo y seco el agua que escurria.

- Hola mamá.- Zhan sonrió.

- ¿Por qué vienes en ese estado? ¿Acaso ocurrió algo?

- No sucedió nada.- Abrazó a su madre.- Todo está bien...

- ¿Seguro?

- Seguro...- Se alejó.- Lo siento, empape tu ropa.

- No importa...- Acarició la mejilla de su hijo.- Te voy a preparar algo de té, ya estaba en la cama, solo me levanté por un poco de té.

- Mi tío se quedó esta noche.

- ¿Cómo lo sabes?.- Sonrió.

- Oye...- Acercó un poco el rostro al hombro de su madre y olfateo.- Soy tu hijo ¿Lo olvidas?

- A decir verdad tus habilidades así como tu aspecto fueron heredados de tu padre.- Sonrió.- Tu tío ya está dormido.

- Supongo que ahora en vez de tío tendré que llamarlo papá.- Se encogió de hombros.

- Llamalo cómo quieras, cómo mejor te sientas.

- La única diferencia es el título.- Zhan sonrió.- Porque el ha sido mi padre desde siempre, tengo muy pocos recuerdos de papá, se que tuve un padre que me amó, yo también lo amé y lo seguiré haciendo, pero también amo a mi tío por lo que puedo decir que tengo dos padres, cosa que no todos pueden tener.

- En verdad eres digno hijo de tu padre.- Besó su frente.

- Entonces iré a cambiar mi ropa y regresaré para tomar ese té.

- Espera...

- ¿Que?..

- Hay algo que quiero mostrarte.

Con una gran sonrisa el omega guió de la mano a su hijo hacia su habitación. Zhan siguió a su madre en silencio y un tanto confundido, por su sonrisa y su actitud podía ver que este lucía un tanto ansioso.

La puerta de su habitación se abrió frente a él y fue cuando pudo darse cuenta el motivo por el que su madre lucía tan ansioso. En un rincón de su cuarto había un espacio especialmente decorado, sobre el suelo un enorme sillón redondo y acolchado de color blanco, sobre el algunas almohadas de pluma de ganzo se encontraban acomodadas en posición circular y cada una de ellas llevaba una de aquellas prendas que secretamente Zhan había sustraído de casa de Yibo, todas servían como vestidos para las cómodas almohadas, sobre el colchón una delicada tela transparente servía para cubrir aquel lugar asemejando a una casa de campaña y en su interior algunas pequeñas y tenues luces colgaban dándole un aspecto lindo y cálido al lugar.

- Mamá...- Zhan estaba sin palabras.

- Ese lugar...- Apuntó hacia el closet.- Parecía un poco incómodo.

- ¿Lo hiciste tú?.- Zhan observó a su madre.

- Tranquilo...- El omega sonrió.- Oculté mi aroma para no dejarlo inpregando.