La obsesión de un Loco...perdón...Lobo.

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Han pasado varios días desde la ruptura entre Cain y Zhan, días en los que Cain se ha mantenido en silencio encerrado en su habitación, quienes lo rodean se sienten un tanto inquietos y temerosos, de alguna manera podían sentir que en ese estado aquel licantropo de pelo gris era aún más peligroso.

Por su parte Xiao Lei seguía siendo un prisionero de Cain, encerrado en aquella jaula caminando de un lado al otro día por día o simplemente sentado en una esquina viendo hacia la ventana, sabe discernir entre el día de la noche pero no tiene conocimiento alguno de la fecha, ha perdido la cuenta de los días que lleva allí.

Constantemente piensa en su padre preguntándose si este lo extraña, si lo busca pero sobre todo preguntar si lo volvería a ver. Ahora extrañaba esas discusiones, peleas y diferencias, si algo le quedaba muy en claro era que no saldría de aquella jaula caminando, ya había visto la locura de Cain debido a esto cada día las esperanzas de salir sano y salvo se disminuían.

- ¿Ahora que le pasa?.- Cain caminó hacía la jaula.

- Lleva algunos días de esa forma.- Uno de los hombres habló.- Dice no tener apetito y se la pasa acostado.

- ¿Está haciendo huelga de hambre?.- Cain arqueo una ceja.

- No creo, el joven maestro ha hecho el intento de comer pero termina por dejarla, creo que ha enfermado, lo veo muy desmejorado.

- Debe ser un truco.- Cain se colocó en cuclillas frente a la jaula.- No creas que me vas a engañar.- Le habló a Lei.- De aquí no saldrás.

-.....- Lei abrió sus ojos y se quedó viendo a Cain en silencio.

- ¿Que?.- Cain dibujó media sonrisa.- ¿Ya no actuaras con altivez y arrogancia?

- Joven amo, en verdad creo que el joven maestro...

- Me importa una mierda lo que le suceda a tu joven maestro.- Cain se levantó.- ¿Dónde está lo que pedí?

- ¡Oh!...- El hombre se alejó con rapidez.- Está justo aquí, mi contacto lo hizo llegar hace unas horas.

El hombre se acercó con un pequeño maletin cromado en su mano, lo llevaba con sumo cuidado hacia la mesa donde Cain esperaba, una vez lo colocó en su lugar lo abrió, dentro de este se encontraban una jeringa metálica espacial y a su lado un pequeño frasco con un líquido espeso color escarlata.

Una sonrisa fría se dibujo en los labios de Cain mientras tomaba en sus manos aquellos objetos y los admiraba.

- ¿Es esta?.- Cain levantó el frasco.

- Lo es.- El hombre asintió.

- Debo decir que hicieron un buen trabajo, no pensé que nuestro infiltrado lo lograría.

- No fue nada fácil, la farmacéutica Tang tiene vigilancia estricta y reforzada, para nuestro hombre fue una odisea poder sustraer esta medicina.

- Bien...- Le dio una mirada al hombre.- ¿Saldaste cuenta con nuestro contacto?

- Las salde...- Dibujo media sonrisa.- Sabe que lo mejor es no dejar pruebas, nadie preguntará por el ya que solo tenía una madre y está murió, así que nadie lo va a extrañar.

- Perfecto...- Cain volvió a elevar el frasco y sonrió.- Una vez que inyecte a Zhan con esto no habrá marca que se nos interponga.

- ¿Lo dejará a su lado aún cuando lo convierta en beta?

- Zhan es mio...- Dibujó media sonrisa.- Sea omega...- Observó el frasco y sonrió.- O beta...es mío.

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Marca.Where stories live. Discover now