Nuestra Familia.

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- Ha pasado mucho tiempo desde que están ahí dentro.- Xiao Rong se paseaba de un lado al otro.

- Cariño...- El Señor Xiao lo detuvo.- Tienes que calmarte, tu más que nadie sabe cómo son las cosas.

- Es que...- Jugó con sus manos.

- Nuestro hijo siempre ha sido fuerte.- Tomó sus manos y las besó.- Así que no tienes que temer.

- ¿Aún no hay noticias?.- Los señores Wang llegaban.

- Aún no.- Kenta negó.

- Entonces vamos a esperar...- Wang Tian observó al nervioso Xiao Rong y suspiró.- Iré a tratar de calmarlo.- Caminó hacia el omega.

- Tío Wang...- Kenta tiró con suavidad del brazo del señor Wang.

- ¿Sucede algo?

- ¿Podría hablar con Yibo?.- Apuntó hacia un lado de la sala.- Ha estado ahí desde que Zhan fue ingresado a quirofano.

- Está bien...- El señor Wang sonrió con suavidad.

En uno de los rincones de la habitación se encontraba Wang Yibo sentado con sus manos colocadas entre sus piernas y con la cabeza baja, había adoptado esta posición desde el momento en que Zhan había sido ingresado a sala de operaciones.

Fue alrededor de las 4 a.m del 5 de agosto que los cachorros Wang decidieron que ya era tiempo de abandonar el cómodo y cálido refugio que los cubría. Gracias a los nervios de acero de Kenta tanto Zhan como Yibo pudieron llegar a toda prisa al hospital.

Yibo se sentía nervioso al recordar los quejidos y sollozos de Zhan en aquel momento, parecía que aquello era doloroso, esto lo asustaba y lo hacía sentirse frustrado por no poder hacer nada para remediarlo.

Yibo no había levantado la cabeza en un largo rato, la luz roja de la sala de operaciones seguía encendida y dentro los doctores ponían mano a la obra. No sabía que estaba ocurriendo detrás de esa puerta y eso lo llenaba de ansiedad.

- Hijo...- Se sentó junto a su hijo.

- Van a estar bien ¿Cierto?.- Yibo seguía cabizbajo.

- Lo van a estar.- El señor Wang sonrió.- Tanto el padre como la madre son fuertes así que esos cachorros serán aún más fuertes, no tienes que preocuparte.

- ¿Papá?

- ¿Si?.

- ¿Tomarías mi mano?.- Yibo extendió su mano.

- Por supuesto.- Tomó la mano de su hizo y la sostuvo firmemente.- Recuerdo cuando tu naciste...- Sonrió.- Estaba igual de nervioso que tú, caminé de un lado al otro hasta que mis pies se hincharon, dentro de ese quirofano estaba el amor de mi vida trayendo al mundo al otro amor de mi vida.

- Me dijiste que mamá casi muere aquella vez y que por eso ambos decidieron no tener mas hijos.- Yibo apretó el agarre en la mano de su padre.

- Tu mamá apenas tenía 17 años, era un niño trayendo a otro niño, por eso se complicó, no es la misma situación que ahora ¿Acaso Zhan no sobrevivió esa vez que recibió el ataque? Y no sólo eso apenas recuperado corrió hacia nosotros para entregarse, ese muchacho es fuerte, el podrá con esto...

- Gracias por tranquilizarme papá.- Recostó su cabeza del hombro de su padre.- Sabes que solo tú y mamá pueden calmar mis inquietudes.

- Y me alegra escuchar eso.- Beso su frente.- Hijo...solo quiero decir...estoy orgulloso de tí...- Sonrió.- Te has convertido en un gran hombre...en el mejor. Has sabido tomar las decisiones correctas, luchaste por lo que querías y ahora has alcanzado la felicidad, en verdad estoy orgulloso de ti.

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