Lobo.

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Después de regresar de la ciudad Yibo dio una largo paseo bajo la noche por la playa, quería despejar su mente de todos los pensamientos que lo abrumaban, ahora que había relajado su mente y se había empapado con la brisa del mar se encontraba más aliviado.

Regresando a casa observó a la figura que se encontraba recostada en el umbral de la puerta, suspirando con un dejo de resignacion siguió su marcha, no podía darse la vuelta y alejarse, se encontraba agotado y estaba hambriento, tampoco era como si tuviera que abandonar su casa solo porque Xiao Zhan estaba allí, si había alguien quien debería de marcharse sería este último.

Ignorando la emocionada sonrisa y el saludo Yibo caminó hacia la puerta, la abrió e ingresó, estaba a punto de cerrarla cuando la mano de Zhan lo impidió.

- Te juro que hoy no estoy de humor para tratar contigo.- Yibo suspiró.

- Traje algunas cosas para ti.- Zhan mostró las bolsas.- No me voy a quedar solo quería entregártelas.

- No las quiero.

- Yo pensé que esto te gustaría.- Levantó una bolsa con comida.- Estaba un poco hambriento así que fui por algo de comer, cuando estaba allí vi estos deliciosos emparedados...- Observó la bolsa.- En verdad están deliciosos y son enormes, pensé que quizás a ti te gustarían así que compré uno para ti.

- ¿Acaso soy un perrito al cual tienes que alimentar?.- Yibo arqueo una ceja.

- Tambien...- Zhan se apresuró a mostrar los demás paquetes.- Mientras caminaba por la plaza vi algunas cosas que me recordaron a ti y las compré, son algunas camisetas...son de tu estilo...

- ¿Que?.- Yibo se quedó viendolo.- ¿Acaso empezaste a sentirte culpable por robar mi ropa?

- ¿Ah?.- Zhan agrandó los ojos.

- ¿Pensaste que no me iba a dar cuenta?

- Yo...yo...puedo explicarlo.

- No hace falta...- Suspiró.- ¿Algo más?

- Si...- Colocó las bolsas a los pies de Yibo.- Tomalas, tu decides que hacer con ellas, si quieres tirarlas hazlo y por favor no veas esto como algún tipo de chantaje, dije la verdad, solo pensé en ti y quise comprarlas, no prestes mucha importancia.- Sonrió.- Entonces...me despido.

Xiao Zhan estaba a punto de marcharse cuando sintió como su cabeza se volvía pesada de repente y sus ojos se nublaron mientras que sus oídos emitieron una pitido estridente y molesto, se tambaleó, sus piernas estaban a punto de ceder pero antes de precipitarse al suelo se sostuvo del marco de la puerta.

- ¿Ahora que?.- Yibo preguntó.

- No es nada.- Zhan sonrió.- Está bien...- Recostó su espalda del marco de la puerta.

- ¿Otro truco?.- Se cruzó de brazos.

- No...- Volvió a sonreir.- Todo está bien.- Se incorporó.- Fue algo repentino pero ya pasó.

- Tu...

- Entonces...- Levantó su mano y la agitó con suavidad.- Es hora de que me retire.

Al ver que Zhan se dirigía tranquilamente hacia su coche Yibo cerró la puerta, luego de eso bajó su mirada a las bolsas que se encontraban a sus pies, las observó por unos minutos hasta que dejando escapar un suspiro se agachó y las recogió.

Caminó hacia la estancia, colocó las bolsas sobre la mesa y nuevamente se quedó viéndolas, mientras pensaba en lo insistente que era aquella persona, al pensar en esto algo vino de forma repentina a su mente.

Marca.Where stories live. Discover now