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Ni bien eran las seis de la mañana el celular del cenizo sonó para encontrarse con una llamada entrante de su madre.

Pásame a ______. - ordeno la mayor cuando la llamada fue contestada.

¿Buenos días? - contesto el ojí rubí para escuchar los regaños de su madre y levantarse de la cama. - ¿Para qué la quieres tan temprano? - No bien abrió la puerta y la chica de la que hablaban estaba más dormida que despierta frente a la puerta del baño. - Es para ti.

¿Uh? ¿En serio? - cuestiono la chica para que se le acercara el celular y entrar con el al baño.

¡Tonta, ¿Qué haces?! - claro que los gritos del cenizo fueron ignorados para que la castaña cerrara la puerta privándolo de su celular. - ¡¿Por qué te metes al baño con el celular?!

Al salir del baño la chica estaba más arreglada de lo que acostumbraba, su celular no dejo de sonar, pero Bakugo se limitó a escuchar las notificaciones. ¿Por qué tanto alboroto?

Regresaré a la misma hora. - dijo la chica parando frente a la puerta y mirar hacia el cenizo en busca de algo.

¿Se te olvido algo? - pregunto el chico mientras se preparaba.

No, no es nada. - menciono la chica restándole importancia y salir del departamento.

Tratando de entender aquella situación, Bakugo reviso su celular. Era su cumpleaños y lo olvido, aun no sabía muy bien pero no quitaba ese hecho.

Sin entrar en pánico, solo salió de su departamento, mínimo debería de comprar algo para ella. Comer algo solo ellos y pasar el rato, eso era lo que el quería.

Pero aún no estaba seguro de que comprar. Quería algo que realmente sirva para que tengan una conexión, algo que signifique y no sea solo material. Por la poca información que recolecto pudo saber que ya regalo el anillo, un peluche y chucherias. Esta vez tenía que darle algo que valga la pena, ahora comenzaba su investigación. No bien llego al portón de su casa y regreso de nuevo a su sala.

empezaría por su cuarto, mucho desorden, muchos papeles, su cama tendida, cosas tiradas en la cama. Habían fotografías de ambos en los muebles, organizadores llenos, pero más zapatos bajo la cama.

Al final lo único que tenía y realmente le importaba a ella era él. Ahora checo el álbum de fotos de nuevo, la graduación y vio una de las ultimas fotos tomadas en la academia, una foto en la que parecían tener bebés, se miraban felices.

¿Podrían tener un bebé? No, aun no. Pero, hay algo parecido, una mascota.
Después de casi una hora de investigación dio con algo, así que una vez más salió de su casa rumbo a un centro canino.

Bakugo en el momento de llegar al centro soltó una sonrisa al ver a tantos perritos, pero solo intentaría llevar uno. Él nunca había tenido un perro, pero ahora lo intentaría por ella, al final decidió llevarse a un Cabiche Toy de color café, se le quedo mirando desde que llego y algo en el decidió llevarlo consigo a casa, era una hembra por lo que supuso que sería más fácil. Era un perrito de menos de meses, solo quedaba el de todos sus hermanos. Ahora seguía comprar lo necesario, decidió ir a una tienda de animales, donde entran ellos y ya sabes, terminas con todo menos con lo que necesitabas.

Bakugo solo entro con el cachorro cargado mientras tomaba un carrito y lo ponía como bebé. Una cama era algo indispensable, además de su alimento, una olla donde lo pondría, eso el lo que pensaba comprar al principio.

No te comprare eso. - regaño al cachorro que imploraba con los ojos una pelota color rojo. - Solo te llevare lo que necesitas, eso no. - la pequeña cría no era algo fácil de manejar, como pudo tomo la pelota y la soltó en los pies del cenizo mientras lamia sus pantalones. - Solo esto. - contesto rendido al gesto del cachorro.

𝑨𝒈𝒓𝒊𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆 -𝑩𝒂𝒌𝒖𝒈𝒐 𝑲𝒂𝒕𝒔𝒖𝒌𝒊 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora