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Es hoy. Hoy es tu boda con Bakugo. Impaciente y nerviosa en tu cuarto mientras esperas que la estilista y maquillista llegaran a tiempo, que tus madrinas no se comieran tu alacena, que tu futuro esposo no explote a Todoroki si dice una tontería. Pero al final de cuentas era un día especial, amabas estas fechas decembrinas y las amarías aun mas estando casada con tu rubio.

¿Estas bañada? – pregunto Mina para entrar a la habitación. – Los chicos ya se llevaron a Bakugo, ya llegaron, las dejare pasar para que te empiecen a arreglar.

Gracias Mina, no sé qué haría con tanta presión. – mencionaste mientras aun tratabas de mantener la calma. – ¿Y las demás?

¡_____! – se escuchó el grito de Jiro. – ¡Comeremos algo!

Todo listo, no te alteres, lo tenemos bajo control. – contesto Momo que entraba a la habitación. – Te veras hermosa, lo aseguro.

Mientras las damas comían a ti te empezaban a arreglar, cada cepillada que daban a tu cabello era como si te torturaran, te recordaba a tu madre peinándote para la primaria, por eso decidiste usar el pelo suelto. Piensas que tanto ha pasado en tu vida y el como cambio con el a tu lado, podría haber sido aburrida, te gustaban sus competencias absurdas, te gustaba que el solo se acostara a tu lado en forma de pedir cariño, te gustaba incluso la forma en la que sonreía y te abrazaba, te hacía sentir amada y protegida.

No hubo dudas en tu mente, jamás las hubo, tu lo amabas a el. Tanto que podrías decir que el era tu razón, el era tu vida, tu mundo.

Del lado de los hombres, ya saben, posibles amenazas de muerte o atentados contra su persona de forma indirecta.

¿Seguro que sabes poner las corbatas? – pregunto Sero a Kaminari.

Claro que sí. – contesto el eléctrico para apretarla en el cuello del contrario casi ahogándolo.

¡¿Qué traes?! – grito el azabache manoteando.

No se ahorquen. – regaño Iida pasando a su lado. - Bakugo debe estar listo en unas horas, ¿Por qué se visten antes?

¿Por si nos colamos a otra fiesta? – contesto Kirishima.

En fin, pasaron demasiado, mi mejor amiga que se wakarea cuando se ríe y Bakugo que le hace pajarito pajarito para que no muera con su vomito, ambos se complementan. – se escuchó al bicolor dando sus palabras como sacerdote.

¡No dirás eso, mitad mitad! – grito el cenzio saliendo de la ducha solo con la toalla.

Si, no creo que el vómito sea agradable. – siguió Midoriya. – Di el cómo se conocieron, lo que significa el matrimonio para ambos.

A este paso el nerd lo hará. – murmuro el oji rubí para que Todoroki se fuera contra Midoriya.

Volvió el Todoroki emo, traigan a _____ o va a arañar a Midoriya. – hablo esta vez Sero mientras ahora Kaminari se ahogaba con su propia corbata de fondo.

Efectivamente, todo estaba normal, a pesar de atentar con su vida y los nervios, podrían asegurar que los futuros esposos estaban ansiosos de consolidar su amor.

Pasaron las horas y la hora de la boda había llegado. Bakugo había llegado antes que tú, claro el novio tiene que esperar en el altar. La sala donde seria la ceremonia era justo como imaginabas, el gran ventanal, las bancas en ambos lados, adornos de flores con toques rojos y dorados, parecía salir de un sueño. Eri iba frente tirando pétalos de rosa, las madrinas y padrinos iban siguiendo el camino, al escuchar la orden comenzaste a avanzar afianzada del brazo de tu padre; en ese momento en el que llegaste al pasillo, todos se giraron. Tu vestido te hacia resaltar, Bakugo solo pudo soltar una sonrisa al verte, a sus ojos estabas más que perfecta.

𝑨𝒈𝒓𝒊𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆 -𝑩𝒂𝒌𝒖𝒈𝒐 𝑲𝒂𝒕𝒔𝒖𝒌𝒊 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora