Capítulo XXVII

9.8K 913 780
                                    

**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: Time After Time- Cindy Lauper

~*~

UN AÑO ATRÁS

LITTLE CHILDREN'S ORPHANAGE

LAUREN MARCHETTI

Es increíble como la vida puede dar giros inesperados. Un día estas paredes me hicieron reír, me dieron una de las mayores felicidades de mi vida, y ahora al verlas lo único que hago es sentirme claustrofóbica.

Onestamente, non so nemmeno che ci faccio qui.

No sé en qué momento la idea de entrar al orfanato pasó por mi mente, pero simplemente hubo algo que me atrajo a este lugar. Ahora dentro, escuchando la risa de los niños y ver las paredes de mi antiguo salón de música me duele profundamente. Nadie iba a comprender que venir aquí día tras día era un recuerdo del fracaso de mi vida, y por esa razón preferí dejarlo como tantas cosas.

-La reina de la Sinfónica decidió visitar a los plebeyos-dijo una voz que reconocía perfectamente. Respiré hondo encontrando fuerzas para girarme para enfrentarme a una mirada acusadora-¿Ahora no valgo ni para que me des la cara?

Sus palabras hacen que me gire y mis ojos se abren sorprendidos al ver la cantidad de tatuajes en sus brazos. Alguna vez ella me dijo que cada marca en su cuerpo era un signo de una batalla interna que estaba perdiendo y que verlo en su piel le recordaba el dolor, que prefería eso en lugar de cortarse.

-Buenos días, Iria-mi voz suena suave y siento dolor en mi corazón al ver en su ojos un rastro de dolor.

-Me sorprende que recuerdes mi nombre-yo suspiro dando un paso hacia ella pero ella se aleja subiendo sus manos como para detenerme, y yo dejo de insistir.

-Claro que recuerdo tu nombre-le digo viéndola a los ojos-. ¿Cómo podría olvidarme de una de mis mejores estudiantes?

-No creo que sea difícil para ti olvidarte de todo esto-señaló el orfanato-. Solo éramos unos pobres huérfanos a los que les dabas dos horas de tu tiempo todos los fines de semana.

-Sabes que jamás fue solo eso para mí-fue un error venir a este lugar, lo sabía. Pero ver a Iria por unos minutos aligeró la carga en mi corazón. Era una de las niñas más talentosas que había tenido el placer de enseñar.

Desde que Juilliard nos había pedido prestar nuestros servicios a la comunidad para presentar la música al mundo yo me había decidido por el orfanato. Los niños me hacían feliz y sentía que estaba realmente mostrando la música a una nueva generación que no tenía la oportunidad de pagar unas clases privadas. Entre todos ellos Iria fue la que más destacó. Su talento para el violín era maravilloso; era tanto su talento, que estaba segura que al llegar a los dieciocho años podría audicionar para Juilliard y optar por una de sus becas.

Al ver sus ojos brillar ante la posibilidad de ir a una de las escuelas de arte más prestigiosas del mundo decidí practicar con ella días extra durante la semana. Me veía reflejada en ella y en sus ganas de salir adelante. Cuando decidí dejar de venir al orfanato le dije que con ella las clases seguirían igual, pero ignoró mis mensajes hasta que finalmente bloqueó mi número.

-Puedo explicarlo-intenté decirle pero en sus ojos había tanto rencor que sentí un nudo en la garganta.

-No tienes que explicarme nada, Lauren-me dijo ella viendo hacia un lado-. En dos años saldré de este lugar y podré finalmente empezar una vida lejos de todo esto.

-Sabes que tienes una posibilidad en Juilliard-me acerqué a ella tratando de sentir de nuevo esa conexión-. Ahora soy maestra. No puedo mostrarte más simpatía que a los demás postulantes, pero sin duda puedo darte una carta que te ayude con tu audición.

The GuardianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora