Capítulo XXIV

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**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: Wind of Change- Scorpions.

~*~

CAMILA LOCKWOOD

Escuchar música siempre ha sido relajante para mí. Me identifico mucho con las letras, los sonidos y escuchar a Lauren cantar a mi lado mientras cocinamos me llena de emoción. Es primera vez que lo hace estando conmigo. Fue todo tan maravilloso, su felicidad era enorme al entrar que no duda en poner su lista de clásicos, como si no pudiera estar ni un minuto más sin la música.

—Tienes una voz preciosa—le digo cortando el último tomate para la ensalada que acompañará nuestra pasta. Los brazos de Lauren me abrazan por la cintura y besa mi cuello con suavidad moviéndose un poco al ritmo de la música.

Wind of Change es una de las primeras canciones que canté en Juilliard y significa mucho para mí, porque tú eres el viento que llegó a cambiar mi vida. Es una canción que deja un mensaje poderoso de que como las personas desean ver un cambio en el mundo, de que de la tragedia puede surgir algo poderoso como la unión y el amor de un pueblo a su tierra. He estado tan encerrada en mi propio dolor incapaz de ver que a mi alrededor hay gente sufriendo opresión, pobreza y hambre. Ahora lo recuerdo, porque en mi propio dolor fui capaz de encontrar mi felicidad en ti.

—No podemos cambiar el mundo, Lauren. Solo podemos tratar de vivirlo y ayudar a las personas a que lleven todo mejor—dije girándome para verla a los ojos.

—No es cierto—su voz es tierna y su frente se pega a la mía—. Tú cambiaste mi mundo. Eres lo más hermoso que me ha pasado en mucho tiempo. Esto que estamos viviendo—me abraza más fuerte y pasa mis brazos por su cuello. Hemos llegado a un punto que somos incapaces de dejar de tocarnos cuando estamos juntas—. Tenerte aquí en mi casa, que me ayudes a cocinar, ver a nuestros dos perros recostados frente a la chimenea. Saber que cenaré contigo, te haré el amor y velaré tu sueño es algo que deseo vivir siempre.

—Me tendrás dónde tú quieras—ella me sonríe con picardía y yo no puedo evitar sonrojarme al entender el doble sentido de mis palabras. Ella empieza a reír y su risa llena mi corazón.

—¿Dónde yo quiera? —ella alza sus pestañas repetidamente de manera sugerente, se ha puesto una coleta para preparar la cena que consiste en una lasaña y una ensalada que ya está lista. Mis dedos acarician su cuello y mis labios la buscan en un beso lleno de pasión y sentimiento.

—Necesito recuperar fuerzas—le digo contra los labios al separarnos, y ella me sonríe y acaricia su nariz con la mía—. Además, esa lasaña huele delicioso y no puedo permitir que se queme.

—Le falta alrededor de media hora—ella me besa una vez más, pero no profundiza el beso y se separa para verme a los ojos—. Quiero mostrarte algo.

Me toma de las manos y ambas sonreímos al ver a Puccini y Thunder dormidos en la sala de estar. Ella alza mis manos y las besa con afecto y finalmente a un lado veo un piano vertical.

Mis ojos van a Lauren que toca la tapa del piano con tristeza en sus ojos. Arriba del piano está un solitario girasol.

—Lo saque antes de ir al restaurante esta tarde—yo pongo mi mano sobre la de ella.

—¿Desde el sótano, hermosa? —ella me sonríe y niega riendo un poco.

—El piano lo tenía en la habitación de invitados—mis dedos se entrelazan con los del ella y la ayudo a abrir la tapa del piano para ver sus teclas. La siento temblar y respirar hondo.

—Es un piano hermoso—le digo poniéndome atrás de ella y colocando mi rostro sobre su hombro. Quiero transmitirle mi apoyo, porque saber que ha sacado un instrumento tan hermoso que ella ama y que ha estado guardado por meses acelera mi corazón.

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