Recuéstate en mi hombro | Yan Xi Men 🔦

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Primera parte: 331 palabras.
Narrado en primera persona por ___[T/n].

Segunda parte: 596 palabras.
Narrado en primera persona por Ximen.

Me encuentro distraída a la mitad de la clase

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Me encuentro distraída a la mitad de la clase. Como siempre, dibujando algo al azar mientras escucho música. No es que mi arte sea muy bueno, pues por algo estoy estudiando finanzas. Sin embargo, esta clase ha llegado a aburrirme tanto que no deseo otra cosa más que estar en mi mundo.

Salto a la siguiente canción, pues creo que ya he escuchado la misma más de 10 veces en el día.

Estoy por terminar el pequeño dibujo de una ardilla cuando, de pronto, todo se vuelve oscuro.

Suelto mi bolígrafo con temor, apresurándome a encontrar mi celular a tientas sobre el escritorio.

Sólo mi familia sabe que le tengo pavor a la oscuridad. La historia es larga y tormentosa, así que hago todo lo posible por no traer a la vida a esos gantasmas del pasado mientras intento encender mi celular para, al menos, iluminar el espacio frente a mí.

Encuentro el dispositivo después de lo que se siente como una eternidad. Desafortunadamente, lo que se muestra en la pantalla me da todo lo contrario a tranquilidad.

¿Tanto tiempo he escuchado música que la batería está por agotarse?

Sin duda alguna, este debe ser el peor día de la semana —y a penas es martes.

La música en mis auriculares se desvanece, permitiéndome escuchar al profesor en medio de la oscuridad.

—Mantengan la calma, chicos. Sólo ha sido una falla eléctrica.

Por supuesto, a nadie le interesa que no haya luz. De hecho apostaría mi vida a que mis compañeros serían felices si este apagón durara hasta el final del día escolar.

Yo, en cambio, ya he empezado a sudar frío. Mis temblorosas manos bajan hasta mis costados mientras trato de convencerme de que mi pasado ya se ha quedado atrás, y que yo me encuentro a salvo en un aula, rodeada de personas que no me harían daño.

Tristemente, me es imposible escapar de la oscuridad en mi mente cuando hasta la luz de mi realidad se ha desvanecido.










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Yan Xi Men
    °°°°°°°°°°°°°。♡

Genial. Se fue la luz.

Ahora no podremos terminar el tema y nos retrasaremos.

El profesor no nos dejará salir, pues tiene las mismas esperanzas que yo por continuar la clase.

Así que estaremos aquí hasta que alguna de las siguientes afirmaciones se cumpla:

☐ La luz regresa.

☐ La hora marca el final de la clase.

☐ Un directivo anuncia que las actividades deben suspenderse.


Suspiro profundamente, recargando mi espalda en el acolchado respaldo del asiento que ocupo. Estiro mi cuello en un intento por relajarme mientras mis amigos platican a mi izquierda.

La oscuridad me parece calmante, pues te ayuda un poco a relajar la vista.

Cierro los ojos como si eso mágicamente me hiciera disfrutar mejor el momento.

Mi sentido del oído se agudiza inconscientemente después de esta acción, permitiéndome escuchar un poco de la conversación de quienes se encuentran a mi alrededor.

Es así como logro captar un ligero sollozo. Abro los ojos, colocando mis manos sobre los descansabrazos que separan cada asiento del salón de clases.

Miro a todos lados en un pobre intento por encontrar la fuente del silencioso llanto.

Quisiera poder reírme de mí mismo, pues es tontamente imposible lograr encontrar algo sin ver. Más aún cuando los comentarios de mis compañeros inundan el ambiente, enterrando el miedo que alguien evidentemente está sintiendo.

Es hasta que una fría mano se posa sobre la mía que siento que, si existieran, también tendría que usar lentes en los oídos.

Las persona que comenzó a sollozar hace un momento está justo a un lado mío.

Atrapo su mano antes de que logre alejarla demasiado.

Entiendo que las lágrimas que caen de sus ojos pueden ser causadas por la oscuridad en la que nos encontramos, así que acaricio su piel con las yemas de mis dedos mientras mi mano libre busca mi celular en el bolsillo de mi pantalón.

Tratando de ser lo más cuidadoso y rápido posible, enciendo la linterna del dispositivo, apuntando la luz hacia mis pies para no asustar a la persona a mi derecha —si es que puede estar más asustada.

Agradezco en silencio que esto no llama la atención de mis amigos, puesto que lo último que quiero es exponer los miedos de alguien a quien probablemente no conozco lo suficiente.

Hago memoria para adivinar quién se ha sentado a mi lado.

Normalmente ese espacio se encuentra vacío. Sin embargo, hoy mis amigos y yo decidimos sentarnos una fila más adelante.

Si mi mente no me falla, la mano que sostengo es de ___(T/n).

Una sonrisa preocupada se dibuja en mis labios al pensar en ella.

A pesar de que es algo reservada, es bastante agradable pasar tiempo con ella. Esto lo sé porque trabajamos juntos durante nuestro primer año en la carrera. Tal vez ella no lo crea, pero aún recuerdo a la perfección sus lindos ojos cuando fuimos a comer un helado.

No importa que ella no lo sepa, pero en ese momento pensé que tendría que intentar cuidar esa felicidad siempre que me fuera posible.

Desafortunadamente, nuestros caminos no se volvieron a juntar en un buen tiempo.

Giro la cabeza en su dirección, imaginando sus húmedas pupilas mirándome en la oscuridad.

—Recuéstate en mi hombro. El apagón no debe durar mucho —digo lo suficientemente alto para que ___(T/n) escuche y nadie más.

Ella duda un momento, pero hace lo que le pido, tomando mi brazo con su otra mano mientras su llanto es silenciado por mi gruesa chamarra.

Supongo que he de agradecer al destino por permitirme cumplir mi promesa secreta después de tantos meses distanciados.

Jardín de meteoros » one-shots ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora