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Es "Ximen" | Yan Xi Men ☕️

497 palabras.
Narrado en primera persona por _(T/n).
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Ya he pasado dos años viviendo en Sanghai y aún me cuesta entender las órdenes de los clientes del café donde trabajo desde hace varios meses.
Todo empeora cuando la persona que compra es al menos medianamente atractivo, pues llegan a ponerme demasiado nerviosa; en especial un grupo de 4 chicos que vienen al menos 3 veces a la semana. Según Ruo, mi compañera de trabajo, se les conoce como los F4 y estudian en la universidad de Mingde.

Cuando comenzó a describirlos deseaba estar en esa universidad. Ahora, sin embargo, estoy completamente convencida de que es mejor no tener que cruzarme con ellos a diario. Mis nervios terminarían por hacerme quedar en ridículo, seguramente.

Esta noche mi compañera tuvo que regresar temprano a casa, por lo que no tengo mucho qué hacer en mi tiempo libre.

Afortunadamente no mucha gente viene por aquí los martes por la noche.
Desafortunadamente, una de las personas que ha decidido venir hoy es exactamente uno de los integrantes de F4.

Sacudo la cabeza en cuanto lo veo entrar al establecimiento y me paro detrás de la caja registradora para tomar su orden.

Él sonríe.
Me pregunto dónde estarán Si, Lei y Meizuo...

—¿Estás bien? —pregunta después de aclarar la garganta.

Dios, me había quedado perdida en mis pensamientos.

—Sí, lo siento. ¿Qué va a llevar?

Él repite su orden y empuja delicadamente sus lentes redondos sobre su nariz.

Después de registrar el pedido, tomo un vaso de plástico con prisa.
Destapo el plumón permanente que siempre está sobre el mostrador y comienzo a escribir el nombre y las especificaciones de la bebida sobre el vaso. A pesar de que soy la única trabajando en este momento, debo hacerlo. Por alguna razón, a la gente le gusta tomar fotos de sus bebidas con su nombre en ellas.

Me apresuro tanto como puedo. El sentir la presencia de uno de los f4 frente a mí hace que el rubor en mis mejillas tarde en desvanecerse.

Doy la vuelta y comienzo a preparar la bebida.
En cuanto termino, suspiro de manera profunda y golpeo mi mejilla derecha un par de veces antes de voltear hacia el mostrador.

Trago saliva.

Él recibe el vaso tibio con una sonrisa.
—Gracias —dice, agachándose lo suficiente para mirarme a los ojos.

—No hay de qué —respondo mientras agacho la cabeza.

Me cuesta algo de trabajo escuchar una risa, pero sé que le pertenece a él.
—Por cierto, mi nombre no es Zhimen —añade.

Abro mis ojos con vergüenza.
He estado escribiendo mal su nombre desde hace meses y nunca me corrigió.
Debí quedar como una estúpida.

Levanto el rostro con la intención de disculparme.
Sin embargo, él ya se ha ido.

Sorpresivamente, ha dejado algo sobre el mostrador que me hace sentir algo menos tonta.
Es una nota en una servilleta, escrita con el mismo plumón que suelo usar a diario. En ella hay un número de teléfono seguido de un pequeño texto y su nombre correcto en mayúsculas.

"Vayamos a cenar, señorita «No sé escribir nombres».
~XIMEN"