Imaginas de temática aleatoria entre el lector y alguno de los integrantes de F4 que aparecen en la versión más reciente de Meteor Garden.
Disfruten c:
El decir que Feng Meizuo disfruta cada segundo con su novia sería, tristemente, una mentira.
Ella tiene filemafobia y hafefobia. Él lo supo desde que la conoció. Sin embargo, él estaba convencido de que eso no sería un factor negativo en su relación. ___[T/n] asiste a terapia regularmente y da todo de sí por superar su miedo irracional.
Sin embargo, los pocos avances que ha tenido en los últimos 3 años han desmotivado considerablemente a la pareja.
Y es que no es sólo que no se puedan besar ni tocar debido a la gran ansiedad que siente la chica de solo pensar en eso.
Sino que ella puede interactuar de manera casual con sus amigas y familiares. Es como si su piel sólo quemara cuando está a centímetros de la de su novio.
O eso es lo que él pensaba durante sus peores momentos. Tras informarse más al respecto supo que no era algo personal, sino que llevaban tan poco tiempo de conocerse que ella aún no podía sentirse cómoda estando en contacto con él.
Meizuo ha intentado comprender la condición de su amada, pero le es difícil porque ni si quiera sabía que esas fobias existían hasta que la conoció.
Y este pesar sólo empeora cuando él se pone a pensar y se da cuenta de que, a pesar de que el tiempo ha pasado y la confianza ha crecido, ella todavía no puede intentar tomar la mano de su novio, pues se marea de sólo pensarlo.
Él ha tratado de evitar sentirse como una víctima. Al contrario, continúa apoyando a su novia aunque cada vez que rechace su tacto sienta un vuelco en el estómago. No por obligación, sino porque en verdad le quiere y no busca algo más que verla feliz.
Lo que no sabe es que este día que le acompaña a su usual consulta, ocurrirá algo que desvanecerá por completo esos oscuros pensamientos que le suelen nublar la felicidad.
—Estoy nerviosa —dice ___[T/n] con una ligera sonrisa en el rostro mientras mira a su novio, quien se sienta a una distancia considerable de ella.
Meizuo daría todo por poder tomar su mano y asegurarle mediante el tacto que no tiene porqué sentirse preocupada. Al no poder hacerlo, le sonríe de vuelta y se expresa con palabras.
—Todo saldrá bien.
La joven pronto es llamada desde el interior del consultorio.
—Ven conmigo —pide ella tras levantarse.
Su novio la mira con sorpresa. Sólo una vez la ha acompañado durante su tratamiento, y esto fue porque quería preguntarle muchas cosas a su psicóloga acerca de las múltiples formas en que él le podría ayudar a superar su miedo.
Así que el hecho de que sea ella quien le pide que le acompañe es extraño.
Ambos entran a la habitación, donde les espera la terapeuta que ha tratado a ___[T/n] por años.
Lo único diferente a aquella vez en la que Meizuo entró a ese lugar es que ahora hay una lámina de acrílico al centro de la habitación, la cual está sostenida sobre una delgada base de madera.
Meizuo mira a su pareja con un brillo de confusión en los ojos. A pesar de que sus facciones piden a gritos una explicación, él no la pide de manera verbal y, por ende, no se le es brindada.
La psicóloga simplemente le pide que se coloque de un lado de la lámina mientras ___[T/n] se coloca del lado opuesto.
—___[T/n] quiso mostrarte los avances que ha tenido últimamente de una manera especial —al fin dice la terapeuta mientras toma asiento detrás de su escritorio, viendo a la pareja desde un costado—. Pon tus manos sobre el acrílico.
Meizuo hace lo que se le pide con una gran sonrisa en el rostro.
Durante los 3 años de relación, ___[T/n] ha mostrado pequeños avances. Sin embargo, era como si la noche borrara con facilidad los cambios realizados con tanto esfuerzo. No importaba cuantos pasos hacia adelante diera durante el día, ella siempre terminaba retrocediendo un paso más en cuanto la noche llegaba a su fin.
A pesar de esto, ni ___[T/n] ni su novio han perdido las ganas de seguir intentando. Aunque la esperanza disminuye, probablemente nunca se agote.
Lo que sí ha hecho ella es tomar precauciones. Cada vez que parecía no avanzar en su tratamineto, se sentía mal por el daño que le causaba a Meizuo, la persona que añora tomar su mano tanto como encontrar la prometida olla de oro al final del arcoíris.
Es por esto que ella ha tratado su miedo en secreto, preparando esta pequeña escena para cuando se sintiera completamente segura de que ya no daría pasos hacia atrás —o, al menos, no tantos.
Finalmente, ___[T/n] toma el valor de levantar su mano hasta nivelarla con la de su pareja. Sin romper el contacto visual con Meizuo, acerca sus dedos cuidadosamente hasta que éstos rozan la lámina de acrílico.
Puede sentir las lágrimas acumularse en sus ojos. Aunque le está costando trabajo controlar su mente, ha logrado uno de los objetivos que se propuso para el día de hoy. Para cumplir el otro, aún hace falta tomar otra bocanada de aire y encontrar valor en la felicidad de una de las personas a quien más quiere en el mundo.
Meizuo no puede contener la alegría y el orgullo al ver el segundo regalo que le han preparado para hoy. Aunque el beso ha sido corto, el labial de ___[T/n] ha manchado la lámina que los divide, denotando que esto no ha sido un juego creado por la mente del chico. Ella realmente besó la palma de su mano a través del delgado plástico.
Si al día siguiente ella vuelve a rechazar el roce de su piel, en este momento a él no le importa.
Aunque le cuesta trabajo, cada vez está más seguro de que puede sentir el amor por su novia, incluso aunque no puedan tocarse.
