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Es "Ximen" Pt. 2 | Yan Xi Men ☕️

788 palabras.
Narrado en primera persona por _(T/n).
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Miro el reloj en una pared lejana. Ya han pasado casi cuarenta minutos de la hora en que me citó Ximen en este restaurante.

Suspiro antes de regresar el teléfono sobre la mesa.
Estaba tan entusiasmada con esta cita que llegué antes. Como estaba lloviendo decidí entrar, pero mi celular se cayó en la multitud. Aunque logré recuperarlo, no encendió así que preferí esperar a que se secara.

Pedí una mesa cercana a la ventana con esperanza de ver a mi cita llegar. Sin embargo, pareciera que él se ha olvidado de mí.

¿Y si sólo me invitó a salir por lástima?

Niego con la cabeza en un intento fallido por alejar ese tipo de pensamientos. Mi mente no tarda en nublarse y decido salir antes de que alguien pueda verme perder los estribos.

Mi caminata es algo apresurada hacia la puerta. No me importa si he llamado la atención de todos los presentes o si el dueño del restaurante se molesta por haber estorbado en una mesa por una hora. Sólo quiero huir del lugar y del sentimiento de arrepentimiento que crece en mí.

¿Cómo pude pensar que uno de los F4 se interesaría en mí?

—¿__(T/n)?

Una voz me saca de mis pensamientos antes de que se vuelvan demasiado caóticos. Volteo hacia el lugar de donde provino aquel cálido sonido. Esperaba encontrar la sonrisa amplia de Ximen; sin embargo, mis ojos a penas captan su rostro puesto que él se apresura a abrazarme.

—¿Ximen? —es lo único que logro decir. Aún me encuentro congelada por su acción. No comprendo del todo lo que ocurre, pero supongo que esta es una forma de disculparse por dejarme esperando.

—Pensé que no vendrías, ¿cuánto tiempo llevabas dentro?

Sus palabras sólo logran confundirme un poco más—. Casi una hora, ¿dónde estabas?

Él se separa lo suficiente para verme a los ojos, parece un poco menos desconcertado que yo; es como si él ya hubiera entendido por completo lo que ha ocurrido y yo no.

Sus labios pronto se separan para mostrar esa sonrisa que tanto había esperado—. Estaba ahí —dice, señalando una mesa dentro del restaurante del lado opuesto de donde yo estaba—. Llegué antes de que comenzara a llover. Conforme pasó el tiempo me preocupé porque no contestabas mis llamadas y pensé que habías decidido no venir, pero aun así decidí esperarte.

Quisiera que la tierra me tragara en este momento. Entré tan rápido para refugiarme de la lluvia que no vi a mi alrededor. Tanta gente deseaba una mesa que tal vez hubo una confusión cuando pregunté si había una registrada a nombre de "Ximen".

—Entré con la multitud para no mojarme tanto, pero mi celular murió en el camino. Lo siento —explico probablemente más rápido de lo normal, mostrándole mi teléfono para respaldar mis palabras en caso de que crea que intenté ignorarlo.

Él me cree sin necesidad de confirmar que el dispositivo entre mis manos en realidad no funciona.
—Lo bueno es que ya estamos juntos —concluye con amabilidad, calmando mis nervios un poco—. Ven, entremos antes de que vuelva a llover.

Sin más, toma mi mano en la suya con firmeza. Sin embargo, no me obliga a seguir sus pasos, sino que se asegura de que esté cómoda con el contacto y la decisión de regresar al restaurante del que intenté huir hace tan sólo un momento. Limito mi respuesta a un simple movimiento de cabeza afirmativo.

Ximen sonríe dulcemente en cuanto nos hemos sentado a la mesa en el interior del establecimiento. Intento enfocar mi atención en el menú que sostengo frente a mí, pero me resulta difícil puesto que siento su mirada fija en mí.

Decido dejar de lado el menú y poner toda mi atención en él. Parece que encuentra divertida la situación en la que nos encontrábamos un momento. Mis inseguridades no tardan en querer salir. Afortunadamente, él explica por qué de la nada se encuentra riendo antes de que yo me sienta culpable.

—Admitiré que tal vez el malentendido fue mi culpa —dice, quitándose sus gafas para dejarlas sobre la mesa. Sus ojos denotan cierta pena y no logro entender la razón.

—¿De qué hablas?

Él baja la mirada—. Me pareció adecuado en su momento registrar la mesa a nombre de Zhimen. Nunca imaginé que el ligero cambio pudiera tener tan caóticas consecuencias. Ofrezco mis más sinceras disculpas.

Mis mejillas se encienden en un tono rojizo. Aunque me molesta un poco que haya hecho referencia al error que cometí aquella tarde en la cafetería, entiendo por qué le pareció divertido.

Sonrío—. También debería disculparme por escribir mal tu nombre.

Ximen niega con la cabeza—. No me molesta en lo absoluto. De hecho, __(T/n), puedes llamarme como lo desees.