Avance | Dao Ming Si 🌧

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964 palabras.
Narrado en tercera persona.

« 𝙻𝚊 𝚐𝚘𝚝𝚊 𝚍𝚎 𝚕𝚕𝚞𝚟𝚒𝚊 𝚑𝚊𝚌𝚎 𝚜𝚊𝚕𝚒𝚛 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚊𝚐𝚞𝚓𝚎𝚛𝚘 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚙𝚒𝚎𝚍𝚛𝚊, 𝚗𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚕𝚊 𝚟𝚒𝚘𝚕𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊, 𝚜𝚒𝚗𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚊𝚜 𝚟𝚎𝚌𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚊𝚎

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« 𝙻𝚊 𝚐𝚘𝚝𝚊 𝚍𝚎 𝚕𝚕𝚞𝚟𝚒𝚊 𝚑𝚊𝚌𝚎 𝚜𝚊𝚕𝚒𝚛 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚊𝚐𝚞𝚓𝚎𝚛𝚘 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚙𝚒𝚎𝚍𝚛𝚊, 𝚗𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚕𝚊 𝚟𝚒𝚘𝚕𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊, 𝚜𝚒𝚗𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚊𝚜 𝚟𝚎𝚌𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚊𝚎. »
✎ 𝘏𝘶𝘨𝘩 𝘓𝘢𝘵𝘪𝘮𝘦𝘳


Daoming Si pone los ojos en blanco por enésima vez.

Después de ser partícipe de múltiples líos en la universidad Ming De, su madre lo transfirió en contra de su voluntad a una escuela en el extranjero.

Desde su llegada, el joven ha sido el centro de atención. Pero no por las razones que él quisiera. Contrario al trato que recibía junto con sus amigos de la infancia, sus nuevos compañeros le veían como un muchacho cualquiera —uno extremadamente engreído y grosero.

Ni si quiera habían pasado dos días cuando él decidió que, si todos le iban a tratar con indiferencia, Daoming Si tendría que darles buenas razones para ello.

De esta forma evitaría conflictos, pues no hablaría con sus compañeros de clase a menos que fuera necesario. Si todo iba bien, tal vez podría convencer a su madre de que regresara a estudiar en Ming De con sus amigos durante el siguiente periodo escolar.

Hasta entonces, actuaría como si fuera una silla más en el salón.

—Bien, chicos. Eso ha sido todo por hoy —indica el profesor de la última lección del día con una sonrisa en el rostro.

Es usual que termine el tema antes de que suene la campana que anuncia el final de las actividades, pues entiende que los estudiantes puedan estar estresados al ser el último día de la semana. Sin embargo, en esta ocasión no es de mucha ayuda, pues hay una fuerte lluvia que imposibilita la salida de los alumnos del instituto.

Al único al que esto no le detiene es a Daoming Si, quien siempre espera con ansias a que llegue la hora de volver a casa. Para su infortunio, el chofer designado para su traslado aún no llega y no parece que esté cerca. Así que ahora se encuentra en la acera, con el agua fría que cae de las nubes empapando su ropa.

A él no le importa, pues pronto irá a casa y tomará un cálido baño para terminar un día más. Lo que no espera es que la vida tiene planes distintos a los suyos.

A lo lejos, una joven de nuevo ingreso lo mira como si él fuera la persona más tonta del planeta. Aunque no es así como piensa, pues su mente está llena de preocupación.

___[T/n] lleva poco tiempo en la universidad. Sin embargo, es conocida por casi toda la escuela por su bondad infinita. Ella cree firmemente que ninguna persona debe ser tratada de mala forma, incluso si se lo han ganado.

Es esta la razón por la cual decide acercarse a Daoming Si con su paraguas en mano, ignorando por completo los argumentos de sus amigos.

Esta no es la primera vez que ___[T/n] tiene consideraciones extra por el joven de cabello oscuro. Aunque sus interacciones han sido pocas, pues no son del mismo grado, ella ya ha intentado un par de veces ayudarle. Ya sea avisándole de la cancelación de una clase aquella vez que ninguno de sus propios compañeros le dijo, o ayudándole a obtener una bebida de la pobre máquina expendedora que sólo recibía golpes e insultos del mayor.

En las contadas ocasiones en que ella podía brindarle su ayuda, lo hacía sin dudarlo. Incluso a pesar de que lo más que ha recibido a cambio ha sido una mirada indiferente del mayor, puesto que la mayoría de las veces él simplemente le ha ignorado.

Justo como lo está haciendo ahora.

—Si te molesta mi presencia, puedes quedarte con el paraguas —ofrece ___[T/n], llamando la atención de Si, quien continúa esperando de manera impaciente a que su chofer doble la esquina.

Él pronto se da cuenta de que el momento de regresar a casa puede que llegue en muchos minutos. Así que la única forma de hacer que su acompañante se vaya es aceptando el objeto.

Tras asentir con la cabeza, toma el mango de plástico que antes rodeaban los dedos de la joven.

___[T/n] duda un poco entre despedirse o no. Es claro que a Si no le agrada su presencia. Sin embargo, a ella no le importa si sus palabras serán aceptadas o correspondidas.

—Cuídate. Nos vemos luego.

Sin más, la joven se da la vuelta para regresar tan rápido como le sea posible con su grupo de amigos. Lo que no sabe es que el chico al que le ha dado la espalda ha recordado cada acción que ella ha hecho por él y cómo le trató con la esperanza de que ella dejara de hacerlo.

El gesto del día de hoy ha servido para que él se dé cuenta que ella probablemente no se cansará de ser amable, y que no importa lo mucho que haga por pasar desapercibido, ella a menudo lo verá como esa línea resaltada con marca textos a la mitad de un elaborado párrafo de un libro tedioso.

Así que detiene el movimiento de la chica al tomarla del brazo.

—No seas tonta. Si me lo quedo te mojarás tanto como yo. Sólo espera a que lleguen por mí y podrás regresar con tu paraguas.

A pesar de haber sido insultada en el primer enunciado, la chica no se molesta en lo absoluto. Aunque él no lo ha dicho de manera explícita, es obvio que se preocupa por su bienestar —aunque sea por mera obligación.

Eso, en los ojos de ___[T/n] es un gran avance. No puede esperar por atravesar, poco a poco,  la siguiente pared que Daoming Si ha construido alrededor de él, pues quisiera ver que dejara de ser alguien quien se quedaría parado bajo la lluvia con tal de huir de quienes le rodean.

Jardín de meteoros » one-shots ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora