Emparedados y reencuentros | Dao Ming Si 🌅

1.1K 80 0
                                    

736 palabras.
Narrado en primera persona por ___[T/n].

// No puedo creer que ya estemos en el día 22 del Flufftober aaaaaaa 🥺 //

// No puedo creer que ya estemos en el día 22 del Flufftober aaaaaaa 🥺 //

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.




Debí saberlo. Debí hacerle caso a mi mejor amiga cuando me dijo que Liam no es de fiar. En lugar de ponerme a la defensiva, debí escuchar las razones por las cuales me insistía en que no le creyera al chico cuando me invitó a salir. Es sólo que no pude evitar emocionarme al respecto. ¿Cuántas veces en la vida se podría repetir una situación así?

Suspiro con amargura.

Quisiera desahogarme con alguien, pero no quiero escuchar mil y un "te lo dije", así que he preferido quedarme en en el lugar en que acordé encontrarme con Liam, aunque en realidad no espero que llegue después de dos horas de esperarle.

Sólo me queda comer con amargura los emparedados que preparé para esta reunión mientras el sol cae por el horizonte.

—¿___[T/n]?

El escuchar mi nombre me molesta un poco, pues creo que sólo habría una persona que vendría a buscarme y realmente ya no tengo ganas de ver a Liam. Es por esto que no giro el rostro hasta que la persona insiste.

—Si no querías venir, no lo hubieras hecho —replico con enojo, estirando mis piernas sobre la sábana que traje para el picnic que tendríamos.

—Si me hubieras dicho dónde estarías, te habría buscado sin dudarlo ni un segundo.

Mis ojos se abren por la sorpresa que me ha causado identificar esa voz que no había escuchado en años.

Giro el rostro para encontrar a Daoming Si, uno de mis amigos más cercanos durante los meses que estudié en la universidad MingDe. Desde que me mudé a Londres no había escuchado hablar de él.

Me levanto de inmediato, insegura de qué decir tras haber procesado sus palabras.

Correcto, me fui sin decir adiós ni explicar a dónde iba. Sin embargo, no creí que a Daoming Si fuera a importarle tanto.

—¿Qué haces aquí? —pregunto después de un corto silencio.

Él mira hacia las cosas que he colocado en el piso en un vano intento por hacer mi primera cita con Liam un evento memorable.

—Acompañé a mi madre por algunas cosas de negocios —explica mientras se encoge de hombros—. ¿Puedo acompañarte?

Presiono los labios hasta crear una delgada línea. Por un momento creí que él se quedaría en Londres y que al fin podríamos darle una oportunidad a lo nuestro, pues en el pasado siempre ocurría una u otra cosa que terminaba por separarnos.

—Claro.

Vuelvo a sentarme sobre la sábana a cuadros que protege mis piernas del pasto y de los insectos que habitan en él. Le ofrezco uno de los emparedados que preparé.

—Nunca pensé que volvería a encontrarte —dice sin despegar la vista del bello paisaje frente a nosotros.

Ladeo la cabeza hacia un costado.

—Disculpa por haberme ido de esa forma.

—No, debiste tener tus razones y no te culpo. En realidad, sólo me culpé a mí por haberme guardado tantas cosas que debí decirte.

Bajo la mirada. Daoming Si en verdad ha cambiado bastante desde la última vez que hablamos. Ahora no sólo se ve más maduro, sino que parece actuar y pensar con la cabeza más fría y enfocada.

—Tal vez nos reencontramos porque ambos tenemos cosas qué decir. —Las palabras salen de mi boca sin haber pasado por mi mente primero, lo cual me apena. En realidad no sé si tengo algo qué decirle, o si es que quiero hacerlo.

Desafortunadamente, lo dicho, dicho está y ahora no me podré deshacer de la atención que él ha puesto en mí.

Como otro emparedado aunque en realidad no tengo hambre, con la esperanza de que el silencio se acabe antes de que termine por sofocarme.

—Bueno, yo creo que lo que debimos decir se tendría que quedar en el pasado —dice en tono serio, creando un vacío en mi pecho que me habría hecho llorar más que la ausencia de Liam, pero que pronto es llenado con sus siguientes palabras—. Tal vez nos reencontramos para comenzar de nuevo y descubrir si aquello que callamos en verdad habría valido la pena ser dicho.

Miro a mi costado para encontrar los cálidos ojos de Daoming Si, los cuales me reciben como el abrazo que se le da a un gran amigo al que creíste haber perdido.

Sonrío al ver su sonrisa.

Siempre me ha gustado ver el atardecer. Sin embargo, ahora no puedo apartar mi vista del hombre que me acompaña durante esta tarde de otoño.

Hay algo que no me deja apartar mi atención de él. Aunque en este momento no creo poder explicar qué es, su presencia me hace creer que eventualmente lo descubriré con su ayuda.

Jardín de meteoros » one-shots ✅Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum