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Más allá de las palabras | Yan Xi Men 💌

982 palabras.
Narrado en tercera persona.

Ximen y ___[T/n] son amigos.

Ximen comenzó a desarrollar sentimientos por ___[T/n].

Ximen le escribió pequeñas cartas en secreto a ___[T/n].

Ximen no quería entregarle esas cartas.

Así que Daoming Si le hizo el favor de dejarlas en el casillero de ___[T/n].

Afortunadamente para Ximen, él no firmó ninguno de los textos con su nombre. Es esto por lo que terminó agradeciéndole a su amigo, pues hizo la primera parte del plan que no sabía que tenía cuando escribió la primera carta.

Las siguientes fases constaron en dejarle notas o bocadillos sin que ___[T/n] se diera cuenta de ello. Una vez transcurrida una semana, Ximen finalmente le diría aquello que ya le había expresado con tinta.

¿___[T/n]?

A ella le pareció demasiado el recibir cartas románticas. Sin embargo, Lei le convenció de leer al menos una. Desde entonces, quedó fascinada con los textos y esperaba impacientemente recibir algo más del admirador secreto.

Aunque una parte de ella deseaba mantener la sorpresa, no pudo con la duda y terminó preguntándole a su mamá que analizara la caligrafía del remitente, escogiendo por supuesto una nota que no le avergonzara demasiado.

Puesto que la mayor ha estudiado grafología, pudo fácilmente dar una descripción aproximada de la persona que escribió cada palabra del texto. Ambas pensaron en Ximen de inmediato, pero se quedaron calladas al respecto.

Esto hizo que ___[T/n] dudara por un momento. La emoción que sintió al leer la nota que recibiría el día siguiente seguía ahí, pero no podía negar que estaba algo conflictuada.

Jamás vio a Ximen como algo más que su amigo.

Sospechó que, si ella y su madre tenían razón, Huaze Lei tuvo algo que ver desde el principio, así que decidió recurrir a él en busca de un consejo.

El chico de cabello castaño miraba al cielo como suele hacerlo durante sus ratos libres en la azotea del edificio más alto de la universidad MingDe.

Entonces, ella habló sin parar un segundo.

En cuanto terminó de explicar su situación, Lei sonrió y giró el rostro para verla de frente.

—Sé valiente, ___[T/n] —dijo con una dulce sonrisa antes de regresar su mirada hacia las nubes—. Aunque no funcione, por tu felicidad y la de él, ¿no crees que vale la pena intentar?

Fue eso lo que le dio valor para asistir al encuentro al cual le citó su admirador no tan secreto.

Ella le pidió a una amiga que estuviera disponible para perder un poco el tiempo en lo que él llegaba al lugar al que le pidieron ir.

Ximen la vió desde lejos y, aunque todavía dudaba en acercarse, supo que no había otro camino qué tomar. Después de todo, ella ya sabía lo que iba a escuchar. Sólo hacía falta dibujarle un rostro a la persona que, según él, ___[T/n] se imaginaba cada vez que leía una carta.

Se acercó con la que sería la última carta que le daría, si es que ella terminaba por rechazarlo.

Tocó ligeramente su hombro para llamar su atención.

Ximen mentiría si dijera que el rostro neutro de ___[T/n] al verle no le dolió un poco. La sorpresa que esperaba no estaba ahí, pero al menos no le miraba con horror o desagrado.

"Tal vez ella cree que no soy su admirador secreto", pensó. Así que quiso hacerlo notar al extenderle el sobre decorado que había comprado con anticipación por internet.

—___[T/n]... Te escribí otra carta —dijo con seriedad, temiendo lo peor—. Justo como aquellas que has leído durante las últimas semanas.

La joven arqueó una ceja. Aunque estaba segura de la decisión que había tomado, no sabía cómo mostrarlo. Todo le parecía un poco extraño aún.

Así que decidió tomar la carta y abrir el sobre para leerla en silencio.

Sonrió tiernamente al ver las palabras rebuscadas que su amigo decidió escribir para expresar sus sentimientos. Entonces, pudo ver cada detalle que su madre había resaltado cuando le pidió el análisis unos días atrás.

El tamaño de letra era grande, lo que denotaba una personalidad extrovertida.

Cada caracter era perfectamente vertical, lo que indicaba que se trataba de una persona que controlaba sus sentimientos y que poseía madurez, estabilidad y ecuanimidad.

La tinta parecía tatuada en el papel, lo que delataba una gran fuerza de carácter.

Con cada aspecto que observaba, ___[T/n] se convencía un poco más de que la personalidad de Ximen encajaba con lo que ella esperaba en una relación.

No se dio cuenta, pero sonrió ampliamente al leer aquello que ella ya sabía. Este simple gesto relajó en demasía al chico que le miraba expectante.

Aunque creía saber el cierre del texto, levantó el rostro hacia el chico hasta que terminó de leer la carta.

—Ximen, te acepté desde la primer carta. —Fue su respuesta a la frase "¿𝙰𝚌𝚎𝚙𝚝𝚊𝚛í𝚊𝚜 𝚖𝚒𝚜 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘𝚜 𝚙𝚘𝚛 𝚝𝚒, 𝚊𝚞𝚗𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚕𝚘𝚜 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚜𝚙𝚘𝚗𝚍𝚊𝚜?"

Los ojos del joven se abrieron por la sorpresa que esas palabras crearon en él.

—¡¿Sabías que era yo?! —preguntó algo avergonzado.

Ella bajó la mirada y asintió un par de veces.

—Mi mamá sabe de grafología, así que fue fácil descartar a muchos sospechosos. Además, Lei no es muy bueno disimulando.

Ximen rió tras escucharle, tratando de esconder el tono rojizo de sus mejillas.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Quería saber si todas esas palabras las escribías en serio —dijo ___[T/n] con algo de tristeza. Después de todo, lo que acababa de expresar era un miedo que realmente tuvo durante los últimos días, antes de su plática con Lei.

Ante esto, el chico sintió un vuelco en el estómago. Se acercó a ella y tomó la mano que aún sostenía la última carta que había escrito.

—Te prometo que cada palabra expresa a la perfección lo que me haces sentir. Nada fue dicho a modo de broma. Eres, en verdad, la razón por la que sonrío cada día. Te aprecio y ahora puedo decir firmemente que te amo. Sin importar si tú me correspondes o no, lo que siento por ti no desaparecerá aunque mis palabras lleguen a borrarse del papel.