Infantil | Dao Ming Si 🍰

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598 palabras.
Narrado en tercera persona.


Daoming Si miró a ___[T/n] con perplejidad

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Daoming Si miró a ___[T/n] con perplejidad.

¡22 años! 22 años y ella seguía haciendo pucheros cada vez que él se negaba a hacer algo que ella le pedía. Incluso cuando él tenía mejores argumentos.

Aquella tarde, por ejemplo, ella sugirió ir a un café que recién había abierto en la ciudad. Sin embargo, ambos tenían exámenes importantes al día siguiente. Así que no debían perder el tiempo yendo por un café o malteadas. Además, si ese lugar era tan bueno como ___[T/n] sugería, debería haber un mar de gente haciendo lo posible por entrar al establecimiento, como ocurrió aquella vez que estuvieron esperando por horas afuera del restaurante de comida tradicional que ___[T/n] quería visitar.

De cualquier forma, el joven de ojos castaños sabía que su novia no sonreiría hasta que le asegurara que irían pronto al dichoso café. Sólo esperarían a que terminara el periodo de exámenes.

No del todo convencida, ___[T/n] asintió y relajó sus facciones para denotar lo satisfecha que estaba con la nueva propuesta de su novio.

Los días pasaron. ___[T/n] se esforzó por investigar el día y hora en que el café estaría menos ocupado.

No fue difícil convencer a Si de faltar a una calse en la que sólo les darían los resultados de sus pruebas. Después de todo, la mejor amiga de ___[T/n] podría revisar sus exámenes y aprobar las calificaciones ante el profesor.

Fue así como lograron encontrar el local casi vacío un martes al medio día.

___[T/n] estaba extremadamente emocionada y Si no supo la razón hasta que fueron recibidos por el personal del negocio.

El café no era sólo para pasar el rato mientras disfrutaban de una deliciosa y cálida bebida, no. Ese era un lugar en el que podías interactuar con perros de todas razas y tamaños.

Aunque no habían muchos, ___[T/n] no supo a cuál darle el primer premio que compró junto con su vaso de té.

Si, por otro lado, sólo podía mirar a su novia ir de allá para acá mientras bebía su café americano.

Fue hasta que un cachorro se le acercó que se dio cuenta que a él también le habían dado un par de galletas con forma de huesito para dárselas a los perros.

Así que se agachó de mala gana. El cachorro no paraba de ladrarle desde que olfateó los premios que el chico sostenía con su mano izquierda.

—No te daré nada si me siguies ladrando —advirtió con molestia, sin preocuparse por la atención que había llamado del resto de los presentes.

El cachorro se sentó frente a él y ladeó la cabeza hacia un costado, como si hubiera entendido cada palabra.

Con una sonrisa en el rostro, Daoming Si le ofreció una galleta al perrito, acariciando su pelaje con cuidado en cuanto éste terminó de masticar.

Nunca pensó que un lugar así podría traerle tanta paz y felicidad al mismo tiempo.

Deseó en secreto haberle hecho caso a ___[T/n] desde antes, pues ese lugar habría sido bueno para motivarlo a estudiar.

—¿Quieres más? —preguntó el chico, ofreciéndole otra galleta al cachorro.

En cuanto se le acabaron los premios, decidió acercarse a la caja a comprar más. Mientras esperaba ser atendido, ___[T/n] —quien lo había mirado a la distancia con alegría— se acercó a él por la espalda.

—¿Quién está siendo demasiado infantil ahora? —comentó en un susurro, sólo para que su novio le escuchara. Después, ella se alejó lo suficientemente rápido para no sufrir del ataque de cosquillas que suele sufrir tras un comentario de esa índole.

Jardín de meteoros » one-shots ✅Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin