¡Cállate, Lei! | Dao Ming Si 🎓

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971 palabras.
Narrado en segunda persona.
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Sabías que no iba a poder estar ahí, pero aún así te duele su ausencia.

Es el día de tu graduación. Uno de los días más felices de tu vida, se supone.
Tu felicidad, sin embargo, se ha tenido que ir a Londres por asuntos de trabajo y no regresará hasta dentro de una semana.

Te has ganado dar el discurso de graduación y, aunque tienes el apoyo de tus mejores amigos, no te sientes con los ánimos suficientes para subirte al escenario hasta que te llega un mensaje:


« Puedes hacerlo ;) »

~Daoming Si




Sonríes mientras aprietas tu teléfono contra tu pecho, esperando sentir que él en realidad está ahí contigo y no kilómetros a la distancia.
Escuchas al maestro de ceremonia decir tu nombre, así que guardas el celular y tomas una gran bocanada de aire antes de salir.

Las luces sobre ti hacen que te pongas algo nerviosa, pero ubicas entre la audiencia a tus amigos en cuanto llegas al micrófono.

El mantener aquel mensaje de texto en tu mente durante el discurso hace que salga más que perfecto. La ceremonia continúa y pronto te conviertes en una persona libre de la vida académica como estudiante.

Celebras con tus amigos y tomas muchísimas fotos.
A pesar de que sonríes, no puedes evitar pensar en lo fantástico que sería que Si te acompañara.
No puedes evitar buscarlo de vez en cuando, esperando que te sorprendiera con una visita algo tardía. Sin embargo, tu mirada nunca encuentra la suya.

Entonces, tu celular suena de nuevo. Esta vez es una llamada.

—¿Bueno? —respondes con curiosidad, alejándote de la multitud para hablar con Si.

—Felicidades. Me llenas de orgullo —dice, causando un vuelco en tu estómago.

—Gracias —Permaneces en silencio, aún con a esperanza de escuchar un «Da la vuelta, niña tonta. Estoy aquí», pero nada sucede.

—En verdad lamento no estar ahí, pero te lo recompensaré —afirma, seguramente con una sonrisa en el rostro.

—Está bien —contestas, tratando de sonar lo más entusiasmada posible pero fallando en el intento.

—Hey, ¿por qué estás triste? ¿Tu discurso no les gustó? —cuestiona con preocupación—. Dime quién te abucheó e iré a golpearlo en cuanto regrese...

—No. —Lo interrumpes, suspirando después —. Es sólo que en verdad te extraño. No te preocupes por mí, de verdad.

—Niña tonta. Te dije que regresaré pronto —asegura con el mismo tono agresivo pero un poco más calmado—. ¿Ya te encontraste con los chicos? Lei preparó un postre con fresas delicioso.

Sonríes un poco—. No, aún no los veo.

—Ya, de seguro no tardan en encontrarte —dice. Se escucha que alguien le llama, así que se despide rápidamente de ti.

La llamada termina. Queda más que claro que está ocupado, no quieres distraerlo del futuro de su familia.

Caminas de regreso con tus amigos cuando una chica se acerca a ti.

—Los F4 te están esperando afuera —dice con cierta emoción, señalando hacia la puerta principal.

—Gracias —respondes.

Tus amigos te dicen que vayas de inmediato y les haces caso.
Escuchas cómo un gran grupo de personas te siguen, pero esta vez no te importa mucho, sabes que tal vez solo te feliciten y te regalen el dichoso postre de Lei.

Tratas de darle tu mejor sonrisa a los chicos mientras te acercas. Meizuo es el primero en felicitarte con un abrazo y un pequeño ramo de flores. Lei sostiene un vaso mediano con algo de fresas y crema batida y te lo da después de abrazarte. Ximen, en cambio, da un paso hacia un costado después del abrazo para revelar una gran caja con un oso de peluche gigante dentro.

—Todos los regalos los mandó Si —dice este último con una sonrisa, metiendo sus manos a los bolsillos de su largo abrigo.

—Excepto el postre —dice Lei.

—Y las flores —añade Meizuo, señalando los tulipanes en tu regazo.

—Y el oso —agrega Ximen con una risa carismática.

No puedes evitar reír ahora de manera genuina.
—Muchas gracias, chicos. Están muy lindos los regalos.

—No hay de qué. Sólo te gradúas una vez en la vida —El comentario de Meizuo interrumpe tu felicidad en lugar de alargarla.

Sólo te gradúas una vez en la vida y una de las personas más importantes para ti está ausente.

—___[T/n] —dice Lei, haciendo que levantes el rostro y lo veas a los ojos—. Si no tiene derecho a quitarte tu felicidad si no hizo todo lo posible por venir.

Tragas saliva. Estás por aceptar sus palabras y esforzarte por ser más alegre cuando el oso de peluche de pronto sale disparado.

—¡Cállate, Lei! —exclama con furia un joven saliendo de la caja junto a Ximen—. No tuve que aceptar que un oso se sentara encima de mí para que tú lo arruines.

Mientras el resto de los F4 ríe y la gente alrededor tuyo comienza a susurrar, tú pellizcas suavemente tu propio brazo para confirmar que esto no es un sueño. Él en verdad está aquí.

—¡Daoming Si! —exclamas. Tu voz expresa exactamente lo que sientes: ira y euforia.

Él voltea a verte con una sonrisa burlona en el rostro.

—¿En verdad creíste que me perdería este día tan especial para ti? —pregunta, cruzando los brazos sobre su pecho.

—¡¿Por qué no me dijiste que estabas aquí?! —acusas, acercándote a él para golpear sus brazos sin mucha fuerza a modo de juego.

Si pone los ojos en blanco mientras toma tus muñecas y te acerca a él para abrazarte.
Ustedes permanecen en silencio mientras los demás toman fotos, graban y gritan con cierta emoción.

Entonces, en lugar de tratar de seguir peleando por algo estúpido, decides relajarte entre sus brazos. Sin duda, este es un mejor regalo que un oso de peluche.

Sientes la cabeza de tu novio acercarse a la tuya. Él acaricia tu cabello con dulzura antes de susurrarte al oído—: Yo también te extrañé demasiado.

Jardín de meteoros » one-shots ✅Où les histoires vivent. Découvrez maintenant