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Capítulo 6

La tía llevó el desayuno a la mesa antes de que Kang Tong bajara del piso de arriba con la cara adormilada, sus pasos se aceleraron notoriamente al ver a Lian Jue en la mesa.

Al escuchas el sonido, Lian Jue levantó sus ojos del periódico y le dirigió una mirada: —No corras.

Kang Tong fue lo suficientemente bueno como para frenar y acercarse, moviendo una silla para sentarse al lado de Lian Jue. Llevaba más de dos años llamando "Tío" a Lian Jue, y todavía se sentía un poco incómodo con el cambio de nombre. Le saludó con la cara roja y la voz baja: —Buenos días, papá.

—Buenos días. —Lian Jue volvió a mirar el periódico financiero de la mañana que tenía delante y tomó un sorbo de café de su taza.

Iba vestido con un traje azul oscuro, de tela gruesa, y su cabello no había sido cuidadosamente arreglado, por lo que los mechones descansaban suavemente sobre su frente.

Kang Tong siguió su ejemplo y tomó un sorbo de leche caliente de su taza, pero sus ojos permanecían fijos en él: —¿Volviste anoche?

—Sí.

Kang Tong quería preguntarle si había visto sus papeles, pero no tuvo el valor de hacerlo. Cuando su tía le trajo un sándwich, le dijo: —El señor ya ha leído tu papel, la próxima vez que escribas tu nombre, recuerda escribir tu apellido.

Sólo entonces los ojos de Kang Tong se iluminaron y dijo que sí.

Lian Jue terminó su desayuno lenta y metódicamente, recogió su servilleta y la apretó contra sus labios, luego miró a Kang Tong y dijo: —¿A qué hora vas ir a la escuela?

Kang Tong se apresuró a tragar el pan a medio masticar que tenía en la boca y dijo: —A Las siete y cuarenta.

Lian Jue echó un vistazo a la hora, aún era temprano, así que asintió: —Te llevaré.

Cuando Kang Tong vió que estaba a punto de levantarse, también se limpió afanosamente la boca y se levantó tras él. Lian Jue cruzó detrás de su silla y le dió un suave apretón en el hombro: —Siéntate y come. Voy a ir a cambiarme de ropa.

Cuando Lian Jue subió las escaleras, la tía se acercó a recoger el plato vacío antes de decir con una sonrisa: —Los trámites se han completado y Tong Tong va a estar en el registro familiar, el Señor Lian está contento.

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Kang Tong se había sentado pocas veces en el asiento del copiloto del auto de Lian Jue.

Al principio estaba un poco nervioso, retorciendo la correa de su mochila escolar, pero después de que Lian Jue le dijera unas palabras, un rastro de alegría que no pudo reprimir pronto se mostró en su rostro.

—¿Puedo trasladarme a otra escuela primaria después de estar en el registro familiar?

Lian Jue siguió conduciendo sin responder, y sólo preguntó: —¿Qué pasa ahora con la escuela?

Kang Tong se aferró a su mochila, con los hombros caídos, y dijo con un tono bajo: —Ninguno de mis compañeros de aquí parece muy dispuesto a jugar conmigo. La semana pasada, cuando Lu Mingming cumplió años, le escribí una tarjeta para felicitarlo, se enfadó y no me invitó a su fiesta de cumpleaños... — Apretó los labios y continuó. —Tampoco quería asistir a su fiesta de cumpleaños, es sólo que... otros estudiantes fueron invitados, y nadie habló conmigo.

Lian Jue levantó lo ojos y vió a través del espejo retrovisor. A su lado, el niño estaba levemente abatido por lo que dijo: —La próxima vez que un compañero cumpla años, deja que los tíos Liu te ayuden a elegir un regalo.