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Tiempo de dos

¡Libertad! Desde que había iniciado su carrera musical no había estado tan emocionada por exclamar a todo pulmón esa palabra. Su fama seguía creciendo cada día pero aún le falta para alcanzar a Hunter pero si había sobrepasado a Bria, quien es conocida como Brithany en el escenario, algo que desató su cólera e envidia pero eso no le interesaba.

Acababa con los últimos proyectos de la universidad y se estiró sin vergüenza en la silla sintiendo como la tensión se iba de su cuerpo al haber estado sentada mucho tiempo.

—Dios pero que bien se siente. - dijo cayendo en su cama.

El teléfono de la sala comenzó a sonar, de mala gana se tuvo que levantar para contestar.

—Buenas tardes señorita Luz, lamento molestarla. - habló la recepcionista. —hay una señorita en el lobby que quiere verla.

—Cómo se llama.

La llamada quedó en silencio un breve momento hasta que de nuevo habló:

—Amity Blight, señorita. - respondió.

—Que suba.

Colgó el teléfono y entró a su habitación con total apuro, tenía el cabello desarreglado, su pijama puesta y no se había lavado los dientes aún ¡estaba hecha un desastre! Y su novia estaba subiendo en ese instante, tenía que darse una ducha, cambiarse, mejor dicho arreglarse.

Alguien tocó la puerta y se puso nerviosa al instante.

—¿S-Si?

—Hola Lu. - no hacía falta preguntar quien era, reconocía esa voz en cualquier lado.

—U-Un momento. - pidió. —demonios y ahora que hago. - susurró con desesperación.

Amity se mecía con sus piernas, adelante y atrás como columpio, estaba muy arreglada esperando que Noceda abriera la puerta, aunque de cierto modo estaba nerviosa con las muchas preguntas que formulaba su cabeza.

—Creo que aún no me veo bien. - susurró Amity con inseguridad.

La puerta se abrió de improvisto revelando a una muy tímida Luz.

—Hola... - sonrió. Lo sentía como si fuera primera vez que se habían conocido.

Amity con su mirada seria y actitud rebelde, y Luz con su timidez.

—Te ves hermosa. - halagó la morena.

Sus ojos avellana brillaban cuando observó a su novia, para Amity no era algo fuera de lo normal, era ropa ordinaria que usaba a menudo, pero para Luz era esa canción favorita que jamás podría olvidarse y siempre tocaría en su guitarra.

—Tu no te quedas atrás. - sonrió Blight.

Noceda había hecho lo que pudo en poco tiempo, peinó su cabello, mojó su rostro y se cambió a una ropa más ligera y hogareña.

—Ah jaja - rió con pena. —por favor entra.

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A través de una luz - Lumity AuOnde as histórias ganham vida. Descobre agora