Capítulo 18

224 49 208
                                    





MARGOT HOWELL




—De acuerdo, conseguí los disfraces y tengo un poco de maquillaje, ¿tienes los lentes oscuros? —pregunté.

Nos encontrábamos en casa de Brad, preparándonos para la fiesta de disfraces de Marcus. Al principio creímos que era una mala idea, pero ya que Jessie había convencido a Chris de asistir, ellos dos terminaron por convencernos a nosotros también.

La noche en el parque, Brad se desahogó por medio de las lágrimas, y yo estuve abrazándolo cada segundo, hasta que finalmente se tranquilizó y me llevó a casa. Esa noche estuvimos hablando por teléfono, me agradeció por haber estado ahí y me dijo que sería buena idea llevarme a conocer mejor a su hermana.

Y ahora aquí estábamos, en su habitación preparándonos para una fiesta a la que no estábamos seguros de ir pero que nuestros amigos y Natalie nos convencieron de que sería divertido.

Teníamos prisa porque se suponía que en quince minutos deberíamos estar en casa de Chris, pero estuve un momento insistiéndole a Brad en que tocara alguna canción con su guitarra, porque me fascinaba tanto ese instrumento y me fascinaba aún más admirarlo a él rasgando las cuerdas.

Primero se negó, pero al final aceptó y me prometió que me enseñaría un día de estos a usarla. Tuvimos que dejar las lecciones pendientes, porque recordamos que había dos disfraces que armar y una fiesta a la cual asistir.

—Los tengo — respondió. Habíamos optado por el primer disfraz que se nos ocurrió, seríamos Neo y Trinity sólo porque hace cuatro días estaban transmitiendo la película por televisión y porque pensamos que no sería tan difícil armar el disfraz.

—Ey, ¿ya están listos? — preguntó Natalie mientras asomaba su cabeza en la habitación. Había venido a visitar a Brad, pues su esposo estaba trabajando. Su madre y su padrastro se encontraban todavía en su horario de trabajo, además de que posiblemente se irían a cenar o algo parecido. Natalie mencionó que a ellos no les gustaba estar en casa las noches de Halloween, odiaban tener que estar escuchando los golpes en la puerta de los niños que pedían dulces una y otra vez.

—Todavía no, no nos apresures — le respondió Brad fríamente.

—¿Te enojaste, Pooky? — se asomó nuevamente por el marco de la puerta y soló una carcajada.

—¿Pooky? — pregunté riendo confundida. 

—Cállate — Brad se dirigió a su hermana y le lanzó uno de los cojines que había sobre su cama, ella se cubrió la cabeza con ambas manos, dejando caer el cojín.

Su relación con Natalie había mejorado un poco, y eso era demasiado bueno.

—¿Por qué...? — titubeé confundida sin poder entender lo que pasaba.

—Es algo... — Brad intentaba explicar, pero se veía apenado. Su sonrisa me daba tanta ternura.

—Cuando Brad tenía cinco, era tan gordito como un pequeño oso. Y mi pa... — Natalie se detuvo de golpe, mirando a su hermano menor, pero cuando él asintió lentamente con la cabeza, ella continuó hablando—, mi papá me veía abrazarlo, lo primero que pasó por su mente fue decir que lo abrazaba como Garfield abrazaba a su oso. Y desde ahí, adoptó este querido apodo que tendrá por el resto de sus días — le dedicó una mirada divertida a Brad, él puso los ojos en blanco.

—Ya cállate, eres odiosa.

—Y tú eres aburrido.

—Le aconsejaré a tu esposo huir mientras pueda — amenazó él, sonriendo victorioso.

SATURNOWhere stories live. Discover now