Capítulo 30

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creo que he exagerado un poco con la extensión del capítulo, pero igual estoy considerando pasar una parte al capítulo 29 y así se hace menos largo¿¿

Lo pensaré jeje, por lo pronto, gracias por llegar hasta acá y disfruta:D










BRAD SIMMONS


Encendí la pequeña lámpara que se encontraba sobre mi escritorio, tomé del cajón una hoja de papel y un bolígrafo. Las palabras de Howell resonaban en mi cabeza una y otra vez.

Debes pensar que estás demasiado roto o que tienes demasiados problemas que te impiden ser amado o ser feliz, pero puedes cambiar eso. Puedes elegir serlo.

Mi niña tenía la habilidad de ver las cosas que a veces nosotros no nos detenemos a cuestionarnos. Esa era otra de las cosas que la hacían especial.

Con el bolígrafo entre mis dedos, empecé a escribir. Era madrugada, mis ojos estaban cansados y mi mente estaba hecha un caos.

No podría negarlo, tenía miedo. El estúpido y ridículo plan que se me ocurrió hace apenas treinta minutos posiblemente sea una de las cosas que jamás pensé que haría, pero esta vez estaba decidido, valdría la pena.

Después de todo, conocí a una persona que me lleno de esperanza y en sus ojos me fue posible encontrar un universo en el cual refugiarme. Conocí a alguien que me hizo creer en los sueños y en que las noches estrelladas guardan tantos sentimientos que no podría haber imaginado. La conocí a ella, que me hizo saber que los pequeños momentos valen más que una eternidad.

Era consciente de que tuve errores, pero quizá aprendí de ellos. Entendí que después de todo, Walter tenía razón. Porque no podía pasarme toda la vida haciendo lo mismo, porque si mi padre estuviera, también hubiese intentado decirme que el camino que estaba siguiendo no era el correcto.

Tal vez el problema había sido que yo me negaba a escuchar al esposo de mamá, y que, no puedes ayudar a alguien que no quiere ser ayudado. Yo no quería la ayuda de Walter, pero cuando Margot entró en mi vida, supe que era el lugar en el que quería quedarme para siempre. Y al fin comprendí que, cuando no logramos alcanzar nuestros sueños, quizá se necesite cambiar algo para perseguirlos de la manera correcta.

Eran las cuatro de la madrugada y no quería dormir, no hasta terminar de escribir lo que tenía por decir, no hasta asegurarme de no olvidar ni un detalle.

Me tomó quince minutos finalizar, pero necesité una hora y media para repasar lo que acababa de plasmar en el papel. Estaba lo suficientemente nervioso, lo confirmé cuando mis piernas no podían dejar de temblar mientras estaba sentado todavía frente al escritorio.

Al día siguiente, antes de que mi turno en la cafetería comenzara, pasé por casa de Chris para pedirle un poco de ayuda en cuanto a lo que tenía en mente.

—A ver, ¿qué quieres que haga? —arrastró sus palabras.

—Es ridículo en realidad. Pero ya sabes, en eso se parece a Jess, es una completa cursi.

—En eso concuerdo, de verdad.

—Escribí una carta.

—¿En serio? — soltó una risa —, vaya...eso es nuevo. Que curioso, nunca te gustó la literatura y ahora escribes cartas. Que miedo, ¿así de...raro me veía yo cuando fui a la fiesta de disfraces sabiendo que no me gustan los disfraces? —cuestionó con una son

—Para nada — negué con la cabeza —, te veías peor. ¿Mugatu como disfraz? ¿En serio? — reí.

—Bueno, estábamos hablando de ti — dijo entre risas, empujándome ligeramente el hombro —, ¿Qué tengo que hacer?

SATURNOWhere stories live. Discover now