Gemelos Kawata

Capitulo 40

Mis papás saldrían todo el fin de semana a una especie de convención de café, pero no querían que me quedara sola en el departamento así que invite a los chicos, con el permiso de mis progenitores, a que se quedarán conmigo estos tres días.

-¿Están seguros?

-Si, solo hazlo- Nahoya realmente lo quería, Souya parecía indiferente.

Suspire y fui a mi cuarto por la plancha para el cabello. Smiley llevaba toda la semana insistiendo en que se los alaciara. Regrese a la estancia con el protector de calor, varias pinzas, un peine y la plancha.

Deje todo en el comedor y conecte la plancha. Me senté junto a ellos en lo que la plancha calentaba. Le empecé a acariciar el cabello a Smiley.

-Pero su cabello es muy lindo.

-Necesitamos un cambio de look- Si no podía convencer al Smiley lo intentaría con el hermano menor.

-Angry de los dos tu eres el más sensato...

-Tengo la duda de cómo me vería con el cabello lacio- Ambos ya estaban decididos no podría hacer nada más.

Ya les había dicho que después del alaciado el cabello rizado no vuelve a ser igual -Igual de atractivos que ahora.

Me acerqué a la plancha y ya estaba lo suficientemente caliente, el primero en arruinar su lindo cabello iba a ser Nahoya, le rocié el protector por todo el pelo y se lo empecé a separar por secciones para que fuera más fácil. -Si te quemo la oreja no pienso disculparme.

Después de casi dos horas ya había terminado con los dos, tenían el cabello más largo de lo que creía pero con los rizos no se miraba demasiado, incluso parecía que las facciones del rostro le habían cambiado un poco. Parecían más maduros.

Después de terminarlos fui a cambiarme a mi cuarto, esa noche iba ser la fiesta de cumpleaños de Kisume, Kazutora le había preparado una fiesta sorpresa en la terraza de mi edificio. La habíamos decorado con un montón de luces y las flores favoritas de ella.

No podía subir el cierre de mi vestido se había atorado. Abrí un poco la puerta para llamar a alguno de los dos.

-Chicos, necesito su ayuda, el cierre se atoro.

El primero en acercarse fue Angry quien con mucha facilidad lo subió por completo.

-Gracias- dejó un pequeño beso en mi hombro y regreso a la sala. Me puse los zapatos y escuché la voz Smiley desde la sala.

-Ya llegaron los muchachos, vamos arriba.

-Esperen- Regrese a mi cuarto y tome mi cámara Polaroid -Acérquense.

Se vio el flash y salió el pequeño papel por debajo de la cámara.

-¿Qué haces con esas fotos?-

-Brujería- Estaba muy concentrada soplándole a la foto para que se quitara la tinta negra.

-No lo dudo, seguro así hiciste que Angry y yo cayéramos en tus garras.

-Ja-ja-ja que gracioso Smiley- La imagen comenzó a aparecer -Vengan les mostraré.

Les enseñé mi proyecto que comencé a hacer, estaba pegando todas mis fotos en una pared.

-Miren- señale la primera foto que nos tomamos en día que fuimos al lago. Nahoya me abrazo por la espalda y recargó su barbilla en mi hombro.

-El tipo del cabello naranja es muy guapo.

-¿Tu crees? a mi me gusta más el de cabello azul.

-Esa broma me empieza a cansar.- fingió un puchero. Tome el bote de pegamento y puse la nueva foto de los chicos en un lugar que fuera visible.

Después de esos salimos al pasillo y esperamos al elevador. Cuando las puertas se abrieron vimos a Chifuyu besando apasionadamente a Akira. Se separaron de golpe cuando nos vieron. Entramos al elevador.

-¿Y a ustedes que les pasó?- Era muy notorio el cambio de look de los gemelos.

-Yo no quería, ellos insistieron-

-Intenta ocultar tu envidia Chifuyu- Era más que obvio que Smiley se sentía fantástico con el cabello.

-Souya- dije muy bajito y el se agacho para que pudiera escucharme -Trata de convencerlo para que no lo vuelva hacer.

-¿No te gustó?

-No es eso pero parte del atractivo de los dos esta en su cabello- Una parte de lo que había dicho era cierto pero por otro lado se miraban muy bien así y no quería que nadie más se interesara en ellos.

Kazutora nos envío un mensaje que decía que ya iba subiendo, todos nos escondimos y esperamos a que cruzaran la puerta para decir sorpresa. Era una gran ventaja que la puerta fuera vieja y rechinara.

-SORPRESA.

Kisume dio un pequeño brinco, claramente se asustó. Poco a poco fueron llegando más personas a la fiesta, la mayoría eran amigos de Kisume y entre ellos estaba Soske.

Soske y yo ya no nos hablábamos para nada, era incómodo estar juntos, todo el tiempo se la pasaba observándome creyendo que yo no lo miraba.

Baji y yo estábamos compitiendo por quien bebía más rápido su vaso de cerveza ¡Oh sorpresa! él me ganó.

Sentí que me tambaleé un poco y Angry me sostuvo por la espalda para que pudiera recuperar el equilibrio.

-¿Quieres un poco?

-No, tengo que cuidar de ti y de mi hermano no parece que vayan a dejar de beber.

-Puedo cuidarme sola.

-Claramente no, ni siquiera puedes estar de pie tu sola.

-Que mentiroso- quite sus manos y extendí mis brazos como si quisiera volar -Lo ves, claro que puedo.

Me empujó un poco con su mano y me fui de espaldas pero me agarro justo a tiempo.

-Bésame.

-No, estas ebria.

-No te pregunte eso te dije que me besarás- Se notaba que le estaba rogando.

-Niky.

-Que aguafiestas, se lo iré a pedir a tu clon- Voltee a buscar a Nahoya pero este estaba dormido junto a Draken.

-Vamos a sentarnos-

-No quiero, quiero que me...- hipé y a continuación me puse a deletrear -B-e-s... ¿qué sigue?, sabes que se lo pediré a Soske.

Eso fue suficiente para que juntara nuestros labios en un apasionado beso.

-No le vayas a decir a mis novios que te bese- ya me empezaba a sentír muy cansada -Angry tengo sueño, llévame a dormir.

Pasó su mano por mis piernas y la otra en mi cintura me levanto del suelo y yo puse mis brazo alrededor de su cuello. Me dejó con mucho cuidado en la cama y me desvistió para después ponerme mi pijama.

-Angry- Me queje.

-¿qué pasa linda?- Si yo estuviera en su lugar habría perdido la paciencia.

-Tengamos sexo, no hemos hecho nada desde que regresamos- Ya estaba delirante.

-Estás ebria, no haré nada contigo en ese estado- se me acercó y dejó un beso en mi frente -Ire por Smiley, quédate quieta y no hagas nada hasta que regrese.

Lo último que escuché antes de quedarme dormida fueron sus pisadas fuera de mi cuarto.