Especial Haitani 4/4

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Hoy era el día en que me despedía de Rindou me dolía dejarlo ir pero tarde o temprano yo también regresaría a Tokio.

Su auto estaba estacionado fuera de mi casa ya tenían todo preparado yo era la última parada que hacían los hermanos.

-Cuídate Niky, espero vernos pronto.

-Tú también cuídate Ran y cuida de Rin por mi.

-Tranquila no dejare que nadie se le acerque- nos soltamos de nuestro abrazo y se dirigió a su hermano -Los dejare para que se despidan.

Dicho eso Ran se subió al auto.

Comencé a llorar y me abalancé sobre Rin.

-Te quiero mucho Rin por favor cuídate mucho y no me olvides.

-Niky te amo es imposible que pueda olvidarte- Juntamos nuestras bocas y ambos movíamos nuestros labios de manera frenética yo sabía que ya se tenía que ir pero quería que ese beso durara para siempre. Con mucha dificulta me separe de él. -Te llamaré en cuanto llegue.

-Vayan con cuidado- Ví como su auto se perdía a la distancia.

Regrese a mi casa y fui al cuarto de mi abuela con ella siempre contaba con un hombro para llorar. Me tumbe junto a ella en la cama y comencé a sollozar.

-Niky tal vez no sirva de mucho lo que te voy a decir pero algún día encontrarás a una persona que te ame con la misma intensidad que lo haces tú- comenzó a acariciar mi cabello -Tal vez Rindou solo es un bello momento en tu vida pero al final estarás a alguien que llene de bellos momentos toda tu existencia.

-Tienes razón abu, te amo- le di un pequeño beso en su mejilla.

[...]

Iba un mes con cinco días desde que Rin se había marchado, hasta este punto habíamos hecho que funcionara hacíamos videollamadas casi a diario y nos mensajeábamos todo el tiempo.

Pero no se escuchaba tan entusiasmado por la escuela como creí, supuse que se debía al cambio tan repentino que sufrió al cambiarse de un pueblo pequeño a una ciudad.

[...]

La gente iba y venía dándonos sus condolencias. La enfermedad de mi abuela le había ganado finalmente.

Fue una suerte que pudiéramos despedirnos de ella, no todos tenían esa oportunidad.

Alguien tocó mi hombro y me giré lentamente Ran y Rindou estaban parados a mi lado, no espere verlos de nuevo al menos por un tiempo más.

Ran tenía el cabello más largo y se había hecho una especie de mechas californianas y Rin por su parte se estaba dejando crecer la parte rapada de su cabeza.

Fue atrapada entre los cuerpos de los dos, solo escuchaba como me decían cuanto lo sentían pero no captaba en totalidad todas sus palabras.

Se quedarían solo ese día y regresarían en la madrugada a Tokio.

[...]

Ya habían pasado dos meses y catorce días desde que Rin se había ido. El que viniera al funeral sólo abrió más la herida de su partida.

Ya no hablábamos tanto como antes y lo extrañaba más y más cada vez.

Ese día faltaría a la escuela y tomaría el primer tren a Tokio, eran dos horas de ida y dos más de regreso, era el tiempo necesario, tenía que terminar con Rin pero sería en persona.

En el baño de la estación me cambie mi uniforme de la escuela por mi ropa de calle y subí al tren, estaba muy nerviosa.

En cuanto me di cuenta ya estábamos en Tokio salí de la estación y fui a una cafetería que quedaba cerca de ahí, le llame a Rin para citarlo.

Me senté en una de las mesas de la entrada para tener una mejor vista de las personas que entraban al local.

Rin estaba ahí.

Me paré y fui a donde él.

-Rin sabes que te quiero pero...

-Lo se Niky no tienes que decir nada más- me acaricio la mejilla -No vendrías a Tokio solo un par de horas para verme. Lo entiendo una relación a distancia es difícil.

-Lo siento tanto- Salí del lugar con los ojos inundados en lágrimas, ya no me despedí de él no podía hacerlo otra vez.

Las lágrimas no me dejaban ver nada choqué con un par de personas.

-Disculpe- No me detuve a disculparme apropiadamente.

-No hay problema... hermano esa chica se ve mal.

-Déjala Angry seguro peleo con su novio.

Cuando estuve en el tren de regreso a mi casa me di cuenta que había perdido mi teléfono, mis papás van a matarme.

[...]

Seis meses con 24 días desde la partida de Rin.

Por fin lo había superado, me sentía como alguien nueva.

Era un buen momento para comenzar de nuevo o retomar mi vieja vida, dependiera de cómo se mirara. Mis papás ya habían arreglado todos los asuntos legales que había dejado mi abuela.

Ya era hora de  regresar a Tokyo, era un camino largo pero valdría la pena.

Me sentí muy nerviosa por ver a Tora. Cuando el auto se detuvo en el complejo  de apartamentos donde solía vivir había una gran pancarta que decía bienvenida.

Me baje lo más rápido que pude del coche y corrí hacia mi amigo ambos caímos al suelo y rodamos por el suelo.

Llevaba el pelo mucho más largo con mechas y se había hecho un pendiente.

-Qué sigue Kazutora, nadar con vagabundos.

-No te sorprendas cuando toque a tu puerta pidiendo asilo.

Gemelos Kawata Where stories live. Discover now