13; advertencia

4.8K 945 237
                                    

Al día siguiente Rindō lo esperó en la biblioteca, pero nunca llegó

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Al día siguiente Rindō lo esperó en la biblioteca, pero nunca llegó.

Tampoco el viernes...

Se sentía algo decepcionado, sus planes no podrían llevarse acabo si el mocoso lo evitaba cada vez que lo veía, momento en que cruzaban miradas Souya la apartaba rápidamente y huía, cuando quiso hablarle él corrió rápidamente sin decir nada y cuando ya fue lunes el panorama no cambió, así que decidió ese día llevárselo a la fuerza, cuando nadie veía claramente, lo cargó como un saco de papas sobre su hombro y entre patadas dolorosas en sus caderas y abdomen optó por el lugar que siempre estaba vacío al final del día; Los camerinos.

Abrió la puerta, prendió la luz y la cerró con seguro y seguido lo tiró al suelo.

Souya evitó golpearse muy fuerte, cayendo con los brazos detrás de su espalda, observando con notable temor a la figura más alta frente a él.

—Deja de temblar, por dios eres tan patético.— Se puso de cuclillas, tomándolo con fuerza por el cabello.— Recuerdo que ambos teníamos un trato y no estás cumpliendo.—

—D-déjame ir...— Puso ambas manos sobre el agarre del rubio.— Me duele...—

—Te recordaré las condiciones del trato.— Lo soltó con fuerza, haciendo que su cabeza golpeara el piso.

—A-agh...— Cerró sus ojos con, temblando aún más fuerte.

—Dijimos que me ayudarías y que a cambio no mataríamos a tu hermano.— Sacó su móvil.— Una llamada a Ran y fácilmente irá a tu casa y no dudará en acabar con él.—

Souya abrió los ojos de golpe, ahogando un quejido.

—D-déjanos tranquilos...— Sus ojos comenzaron a aguarse.— No le hagas nada a mi hermano... por favor.— Sus miradas se encontraron, el serio semblante de Rindō y el aterrado de Souya.

Extrañamente algo punzó en su pecho, un punzor dulce, esos lindos ojitos azules nuevamente, tan brillantes y redondos, hipnotizantes y encantadores. Rindō suspiró sonriendo, ya le dieron pena sus patéticas suplicas, debía dejar de molestarlo.

—No llores, idiota, era una broma.— Lo tomó de la camisa acercándolo a él peligrosamente.— Es simplemente que deberías saber tu posición en este trato, deja de cumplir a tu palabra y habrán serios problemas...— Susurró en su oído.

Souya se estremeció por el aire caliente en su cuello.

—S-sí... pero ya deja de hacer eso...— Murmuró.

—¿Crees que puedes darme órdenes?.— Tomó sus mejillas con una sola mano, volviendo a observar su bonito rostro.— He dejado de entender bien algunas cosas en matemáticas, creo que merezco una disculpa ¿no? además de perder el tiempo esperándote esos dos días...— Su tono de voz se mantenía bajo, ronco y lento.

—L-lo siento...— Desvió su mirada.

—No, no... mírame.— Souya obedeció.— Muy bien, pequeño...— Sus labios se acercaron a los del peliazul, logrando que éste comenzara a temblar nuevamente y sus mejillas ganaran un leve tono rojo.

—¡O-oye...!— Murmuro e intentó apartarse, pero el agarre se hizo más firme.

—Enano imbécil...— Su respiración se mezclaba, su serena actitud y la nerviosa del peliazul, sus orbes púrpuras no dejaban de observar sus lindos y carnosos labios rosa, no lo resistió y se acercó aún más.

Sus labios se rosaron pero nunca lo besó, simplemente mordió el labio inferior y seguido lo lamió.

Se separó teniendo una pequeña sonrisa y deshizo su agarre, se puso de pie, sin dejar de observarlo.

El menor no dejaba de temblar y su cara cada vez ardía más, los latidos de su corazón estaban descontrolados tanto como sus pensamientos, quedó en shock pero de alguna manera su vientre bajo dió un pequeño cosquilleo. Rápidamente cubrió su boca y mejillas con el antebrazo, desviando la mirada y evitando que viera su sonrojo.

—Entonces, nos vemos mañana, enano.— Tomó sus cosas, abrió la puerta y salió del sitio.

Ahí quedó Souya, aún sentado en el suelo, temblando, rojo y con la saliva de otro en su labio.

—Pervertido...— dijo con un hilo de voz.

— dijo con un hilo de voz

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

un voto se agradece 🫐

Zarco ; [ Ringry ]Where stories live. Discover now