Zarco ; [ Ringry ]

28; mensaje

La cena en familia estuvo bien, más tarde habían pasado a comprar algo de ropa al centro comercial y un poco de waffles para el camino de regreso en el auto.

Jugó una hora en la consola con Nahoya y su madre sentada les daba ánimos a ambos en cada partida, compartiendo anécdotas y contando el resumen de su día a día.

Ella fue a acostarse y se despidió de ambos con un beso en la frente, quedando los gemelos juntos abajo.
Jugaron un par de horas, sin hacer mucho ruido y que su madre bajara a retarles por la hora, aunque ya dadas las 00:46 a Souya le había bajado algo de sueño.

—Oye Sou, ya deberíamos irnos a dormir.— Pausó el juego.

—Ya tengo algo de sueño...— Murmuró.— ¿Apagas tú?.—

—Sí, ve a lavarte los dientes mientras, buenas noches, hermano.—

—Buenas noches, Naho.— Se puso de pie, caminando somnoliento hasta las escaleras, subiéndolas y llegando al baño.

Se lavó los dientes y la cara, peinándose un poco antes de acostarse, escuchaba a Nahoya aún en el primer piso, al parecer jugando sin él.

“—Tramposo.—”

Rodó los ojos pero sin estar molesto. Salió del baño y entró a su cuarto, comenzando a desvestirse, retirando su polera y pantalones, quedando únicamente con su ropa interior.

Se puso una polera algo más grande y unos shorts de tela delgada, y ya listo se tiró a su cama, abriendo la ropa de ésta, metiéndose por debajo.

Tomó su teléfono que estaba sobre su mesita de noche, lo mejor era confirmarle a Rindō su asistencia.

“Souya: oye, mañana si iré.

Rindō: de verdad? entonces paso por ti a las 1:30 de la mañana.

Souya: sólo no hagas escándalo y asegúrate de estacionar lejos de mi casa.

Rindō: entendido <3”

Dejó el teléfono a un lado, acomodándose para dormir.
Pero después de un minuto volvió a sonar.

“Rindō: Buenas noches, Sou”

Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

“Souya: Buenas noches, Rin”

(...)

Su pulso se aceleró, sus mejillas tomaron color y fue inevitable no sonreír ante ese pequeño detalle, dejó el teléfono a un lado y volvió a acomodarse, con una notable alegría en su corazón.

“—Me dijo Rin...—”

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