Zarco ; [ Ringry ]

16; neón

Apenas se subieron en la motocicleta del rubio partió su viaje, con notable brusquedad al andar, logrando que el menor se aferrara a su abdomen.

—No te preocupes, sólo afírmate bien...—

El problema era que Souya creía que irían a algún parque cercano lo que sea a conversar.
Pero Rindō no detuvo su viaje de 45 minutos, no hasta llegar a una ruidosa casa abandonada a la periferia de Roppongi.

La música electrónica se oía desde varios metros de distancia, y aún más los gritos y risas de la gente, los groseros graffitis en cada pared y sumado al potente olor a cigarrillo en cada lado.

Detuvo el motor una vez se estacionó, bajando y luego bajando con cuidado al peliazul.

—¿Q-qué hacemos aqui?.— Lo tomó de la camisa suavemente, haciendo una seña de que se inclinara un poco y le preguntó al oído, para que pudiera escucharle.

—Es una fiesta, una de las tantas que Ran y yo organizamos.— Sonrió de lado.— A veces luces tan patético sentado sólo estudiando que quizá por agradecimiento por enseñarme, te quise traer a que conozcas el mundo real.—

Pero el mundo real lucía bastante disgustante en el exterior, eso o simplemente seguía molesto porque le habían despertado para ir a un lugar jodidamente ruidoso.

Tomó su mano y lo arrastró consigo hasta la entrada del sitio, tan destartalado que ni tenía puerta y las ventanas no conocían el vidrio.

—Rindō, tengo sueño...—

—Se te quita luego, ven, acompáñame, Ran debe estar arriba.— Volvió a arrastrarle por el lugar, subiendo los escalones hacia el segundo piso, esquivando gente ebria y drogada entre los escalones y luego caminando hasta una de las pocas habitaciones que sí poseían puerta, abrió rápidamente ésta, adentrándose al cuarto.—Oye, Ran, al final lo... Agh qué asco.—

Su hermano mayor apoyado en la pared, con la polera arriba, sujetándola con su boca. Sus manos acariciaban brusco los rubios cabellos de una chica que encantada le realizaba una felación.

—A-ah... RinRin, trajiste al niño Angry.— Apartó a la chica, la cual notablemente molesta dejó de chupársela, volteando a ver quienes estaban en el marco de puerta.

Ran rápidamente volvió a acomodársela dentro de la ropa, Subiendo su cierre.

—Rindy, estás aquí.— La chica sonrió.

—Ima-chan...— Sonrió de lado.— ¿Interrumpí tu hora de la comida?.— Soltó una sonora carcajada.

—No te preocupes por eso.— También comenzó a reir pero rápidamente su visión se fijó en el joven a su lado..— No vienes solo ¿Quién es ese niño?.—

Souya estaba quieto, intentando procesar todo lo que ha pasado los últimos dos minutos.

“—No me jodas, le vi la polla a Ran.—”