29; gracias

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Por suerte era viernes y se notaba la tensión en el salón de clases, hoy tocaba la entrega de los exámenes de matemáticas que se realizaron la semana pasada

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Por suerte era viernes y se notaba la tensión en el salón de clases, hoy tocaba la entrega de los exámenes de matemáticas que se realizaron la semana pasada.

Souya aún así se sentía nervioso, Nahoya en verdad no parecía interesarle mucho, se había encargado de copiarle a Mitsuya.

Las hojas fueron pasando por los puestos, escuchándose de fondo algunos lamentos, quejidos, risas y festejos.

Por suerte Souya sacó un 94

Nahoya un 67

Baji un 68

Mitsuya un 86

Mikey 70

Draken 74

Y Rindō un 89.

El rubio sonrió con emoción, se sentía enormemente en deuda con el peliazul, guardó la hoja doblada en su cuaderno y revisó la hora en su teléfono, faltaba poco para que acabara la jornada escolar.

—¡Te gané!.— Baji comenzó reir, agitando su hoja con energía.

—¿Ah sí? ¿Cuánto sacaste?.— Revisó su hoja.— Aghh, por un jodido punto, da igual, de todos modos le copié a Mitsuya.—

—¿Que hiciste qué?.— El pelilila volteó a verle molesto.— Vete a la mierda, Smiley, maldito tramposo.— Sonrió de lado.— A la próxima no te la dejaré tan fácil.—

—¿Qué tal te fue a ti?.— Mikey observó por detrás la hoja de Angry.— Oh, no era de esperar menos.— Revolvió sus cabellos.— Te fue muy bien.—

—¿Cuánto sacaste?.— Nahoya observó a su hermano.

—... 94, me equivoqué en dos.— Murmuró.

—¡Necesito que me enseñes!.— Baji reposó la cabeza en la mesa.— ¿Cuánto habrá sacado tu aprendíz?.— Murmuró para su grupo.

—Le preguntaré durante el reforzamiento.—

El timbre finalmente sonó, dando finalizada la jornada del día Viernes, ahora tocaba la hora feliz; El almuerzo.

(...)

Después de despedirse de sus amigos bajó las escaleras de la azotea, pasando primero al baño a beber algo de agua y lavarse la cara, como era de esperarse el sitio estaba vacío, nadie suele quedarse un día viernes en la escuela.

Rindō le había visto entrar, quizá era su oportunidad de ir y agradecerle estando a solas.

Souya se asustó un poco con el sonido de la puerta abrirse, pero se relajó al instante al ver a Rindō detrás de él.

—Me asustaste.— Volteó a verle.— ¿Qué tal te fue?.—

La diferencia de altura es notoria, así que tiene que verle hacia abajo.

—Tuve 89... Gracias, Sou.— Sus mejillas tomaron color.— Me ayudaste bastante...—

—A-ah, no te preocupes, te fue muy bien, me alegro por ti.—

Un pequeño silencio incómodo se hizo presente, sus ojos se habían encontrado, quedándose observando un momento.

Fue un impulso, debió admitirlo. Rindō besó con cariño una de sus mejillas y rápidamente se separó.

—Puedes irte a casa... Paso por ti en la madrugada... Nos vemos.—

Salió del lugar, dejando a Souya solo nuevamente.
El gesto provocó que su pulso se acelerara, pero le pareció extraña su actitud, pasando de los bruscos besos sexuales a esa pequeña muestra de afecto. Algo nuevo que en verdad no le desagradaba.

No lo niega, Rindō es bastante guapo y es consciente de eso, pero aún posee sus dudas y miedos sobre su personalidad y acciones, a veces no mentía cuando le decía que le odiaba o le tenía miedo, aún mantiene dichos pensamientos, quizá en menos intensidad que antes, pero ahí están.

“—Impropio de ti...—”

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Estoy muy feliz, la historia está como en el #1 de varias etiquetas, en fin, eso es gracias a ustedes <3
besos.

Zarco ; [ Ringry ]Where stories live. Discover now