6 1 ! z a r c o

5.6K 797 765
                                    

Ya había pasado un año desde que el dúo Haitani asumiera el cargo que dejó su padre, las cosas siguieron avanzando de mejor a mejor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya había pasado un año desde que el dúo Haitani asumiera el cargo que dejó su padre, las cosas siguieron avanzando de mejor a mejor.

Aunque el hombre después de que ambos hermanos asumieran como Jefes falleció en un accidente automovilístico.

Qué extraño...

(...)

A pesar de su corta edad supieron estar a la altura, Ran siempre dijo “No importa de dónde sean las ratas, del bajo mundo o no, ratas son ratas y yo sé manejarlas”

Aunque no sólo tuvieron que hacerse cargo de los turbios negocios de su padre, también de los "limpios" la tonta fachada que utilizan para mantenerse a flote, una constructora e inversora bastante influyente en el mercado de Japón.

Lo tenían todo, lo que quisieran, cuando quisieran, una sola palabra y todo se cumplía, el capricho que quisieran.

Aunque a ambos no le interesaban esas cosas.
Los hombres compañeros del dúo siempre se asombraban del comportamiento repelente con las mujeres que iban a sus fiestas de negocios, Tal vez Ran caía ante los encantos de las bellas damas de compañía, pero Rindō jamás tocó ni miró a ninguna.

Ima por su parte se mantuvo con ellos, como secretaria y confidente, así mismo como una de las mujeres más deseadas del bajo mundo.

Pero ni en cien años podrían tocarla.

Souya y Nahoya ya habían terminado la escuela, aunque no les interesaba demasiado el ir a la universidad no tenían pensado vagar toda su existencia, así que partieron con trabajos de mediotiempo con el fin de ahorrar y abrir su propio negocio.

Rindō se lo propuso múltiples de veces a Souya, que él haría todo y que él no se preocupara de nada, que podria mantenerlo o comprarle el lugar y tenerle todo preparado.

Pero siempre se negaron, no querían ser unos mantenidos de nadie.

El aspecto fue otra de las cosas que cambió, de los juveniles y callejeros atuendos a los ajustados trajes elegantes llenos de glamour y sotisficación. Aunque ambos seguían siendo unos adolescentes juguetones. Rindō dejó crecer su cabello y lo mantuvo rubio  con sus típicos visos celestes. Ran decidió volver a tenerlo rubio por completo y mantener su típico peinado de trenzas.

Aunque no descartaban la idea de un cambio más radical a futuro.

(...)

Los romances no son como lo convencional, las diferencias y diversas situaciones los hace especiales a cada uno. Rindō jamás pensó enamorarse perdidamente del mocoso al cual amenazó con matar a su hermano si no le enseñaba, y Souya jamás imaginó estar con quien le golpeó en un principio y acosó.

Los cambios también fueron más allá, en lo cotidiano, a veces aún le afectaba a Souya ver en el baño ropa tirada con manchas de sangre, olor a pólvora en sus camisas y encontrar en cada rincón de la casa una pistola y municiones.
La actitud arrogante del rubio empeoró con el tiempo, pero su elegancia incrementó bastante, el menor tiene que admitir que involuntariamente sus ojos siempre terminan observando la entrepierna de su mayor en esos costosos y ajustados pantalones de tela con su elegante cinturón y esa camisa que siempre trae desabotonada en los primeros tres botones, dejando ver una parte de su tatuaje.

Zarco ; [ Ringry ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora